Hoy se cierran las preliminares del Concurso de Carnaval de Córdoba y se conocerán las agrupaciones que pasarán a la siguiente fase. Un pase que se trabajó ayer «La Incorruptible«, comparsa de la Agrupación Los Tunantes que dio muestras en el Gran Teatro de Córdoba de la evolución que carnaval tras carnaval consigue y que se sustenta en el cuidado de cada detalle. Un tipo trabajado, una puesta en escena con mucho gusto, el mismo que tienen las voces que dan vida a las letras de pasodobles y cuplés, otro de los grandes puntales de la comparsas, su pluma. Y es que si no hay qué cantar, el resto se cae.
Y estos periodistas tienen mucho que decir y ayer lo volvieron a demostrar desde los albores de una actuación que comenzó a ritmo de las teclas de una máquina de escribir de jóvenes que soñaron con «ser periodistas de vocación, tenía la buena intención de contarles la verdad de lo que pasa». Periodistas que no son ajenos a los agujeros de una profesión en la que hay que elegir y «callé por vivir, forjé noticias de mentiras y de cuentos, puse precio a mi talento, aprendí a sobrevivir, a luchar por las audiencias como fuera». Periodistas que encuentran en el Carnaval un resurgir porque «siempre fuimos periodista y no me pierdas de vistas porque en este Carnaval… Si escuchas con atención te quito el hipo, yo puede ser un gran tipo y te lo voy a demostrar».
La comparsa sacó repertorio en el primer pase y no se guardó nada con dos pasodobles de calado. El primero, muy aplaudido, recordó al periodista muerto durante la guerra de Bagdad, Julio Anguita Parrado, a aquel «muchacho que logró soñar despierto y se marchó de su tierra y nos quiso enseñar desde la realidad los horrores de la guerra». Un periodista que «nos contó también y lo tienes que saber que aquel sueño iba en serio, se armó de valor con un micro en la mano y plantó cara las bombas…». Un bonito homenaje a un periodista «forjado en Córdoba» que no dejó indiferente a nadie. De política nacional tiró la comparsa en el segundo de sus pasodobles para cantarle a Cataluña y a Artur Mas al que le cantan que «más le hubiera valido un discurso para todos, no solo para sus amigos» porque «gente como usted ensucia la democracia y ofende la dignidad de catalanes y españoles». En la recta final, una muestra de respeto hacia las convicciones de quien piensa diferente pero reprobando «sus mentiras, sus insultos y sus traiciones».
Llegaron entonces los cuplés, buena ronda también, con algo que suele gustar y es la relación entre ambos. En el primero, se acuerdan de la familia Puyol a quienes acusan de chorizos pero «como dice Rajoy, toda la culpa es de Zapatero». En el segundo, sacan a relucir las terapias del Hermano Mayor que no siempre funcionan porque años después el mismo chico propina un puñetazo a Rajoy tranquilo porque «de todas maneras la culpa va a ser de Zapatero». Buenos cuplés redondeados con un elegante estribillo que dice «en este mundo reducido a una trinchera, donde las noticias de bombas no se cansan de caer, a mí me toca informar, escribir un buen titular y aunque te parezca imposible si me ríen tus ojitos puedo ser incorruptible«.
El cierre llegó con un popurrí donde la comparsa tira de tipo, de contar la cara y la cruz de las noticias, con partes más dinámicas y con un maravilloso cierre donde las voces de la agrupación vuelven a resaltar y a cerrar un buen pase en busca de seguir en el Concurso del Carnaval de Córdoba.
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