Villaralto dejó atrás las carrozas de la Divina Pastora para involucrarse en otra de sus tradiciones, el que habla de un pueblo de pastores. La localidad de Los Pedroches vivió tres días intensos a través de su Feria del Pastoreo, que como principal novedad llegó con el cambio de escenario. Las calles del pueblo, que en anteriores ediciones acogieron esta actividad, fueron remplazadas por el Recinto Ferial de la localidad. Allí también lucieron algunas carrozas de la Divina Pastora para dar la bienvenida a todos los asistentes.
La primera jornada estuvo marcada por la parte formativa, mientras que el sábado los diferentes stands abrieron sus puertas para ofrecer sus productos en el contexto de esta Feria del Pastoreo. Desde primera hora la llegada de gente fue fluida para comprar algunos productos, disfrutar de los primeros talleres o también ver algunas de las propuestas en directo, como la elaboración de cestas. Toda esa actividad incrementó tras la inauguración oficial con el alcalde, Ángel Moreno, haciendo de anfitrión.
Una de las actividades que congregó más interés en la jornada del sábado fue el esquileo de ovejas realizado en los aledaños del pabellón, mientras que la parte más emotiva se reservó para el homenaje que se realizó a los pastores, una forma de poner en valor el oficio. Y es que esa fue la base de una cita que se extendió hasta la jornada dominical con espacio para la música, para más talleres y para reinvidicar esa tradición de pueblo de pastores de Villaralto.
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