Cabizbajo. Así se presentó Mario Rojas a la rueda de prensa posterior al partido que enfrentó al Club Deportivo Pozoblanco ante el Conil y donde sus pupilos no supieron amarrar un empate después de conseguir la igualada tras el 0-2 inicial. Muchas son las veces en la que el técnico ha explicado la situación del equipo, la juventud de los suyos y las circunstancias que rodean a la entidad, pero pocas Rojas se ha mostrado tan venido abajo tras un resultado adverso.

«Teníamos claro que siempre no íbamos a ganar en casa, que no siempre vamos a ser capaces de remontar, hablamos antes del partido de tener la cabeza bien asentada porque el Conil también se jugaba mucho, sabíamos que iba a ser complicado», explicó el preparador de los vallesanos que se lamentó de que el buen inicio de su equipo no se viera correspondido con una superioridad en el marcador. «Se ha visto claro que en el minuto 10 podíamos haber ido ganando por 2-0, ellos apenas han tenido más ocasiones que las de los tres goles que si no se los hemos regalado todos al menos dos de ellos seguros», apostilló.

Aunque el entrenador es consciente de que su equipo se viene arriba cuando se mete de nuevo en los partidos y remonta resultados adversos también tiene muy claro que no siempre se puede jugar a eso porque «vamos siempre a remolque y eso se acaba pagando, el desgaste físico nos pasa factura». Quizás el fallo del Pozoblanco, o al menos uno de ellos, estuvo en no saber aprovechar sus ocasiones algo que «ensayamos durante toda la semana, les vengo diciendo a los jugadores que se juega como se entrena y es que fallamos mucho y luego regalamos el balón y posibilitamos que ellos marquen con fallos de patio de colegio».

En cuanto a su estado de ánimo, Rojas no dudó en reconocer que estaba «derrotado» porque «cuando estás trabajando y ves que te marcan tres goles de patio de colegio y tu tienes hasta seis ocasiones claras para marcar y no lo consigues te vienes abajo. Si hubiéramos marcado este equipo se hubiera hundido y hubiera salido más decidido dejando espacios que nos hubieran posibilitado salir a la contra». Con todo, el técnico sigue confiando en los suyos y en sus posibilidades por conseguir el tan preciado objetivo de la permanencia aunque no renuncia a «un aporte económico que nos permita que vengan jugadores de calidad porque eso es lo que necesitamos».

De momento, el futuro más inmediato es el próximo partido ante la Lebrijana donde no estarán hombres tan importantes como Fran, Molero y Valentín. A esas bajas también habrá que añadir la dura semana anímica y deportivamente que le toca afrontar al Pozoblanco que tendrá que «seguir trabajado y dándolo todo».