Ni mayordomo ni Excmo. Ayuntamiento, a nadie se la ha ocurrido preguntarle a la Virgen de Luna y a su Niño, por el tema de las dichosas carpas.
Después de todo estamos hablando de una romería en su honor, una tradición de muchos años, que se ha trasmitido de padres a hijos con más o menos decencia.
Hemos ya llegado a un punto en que hay que elegir si conservar una tradición romera y campera, o ya definitivamente abandonarnos a lo que nuestros “niños” quieran hacer de ella, no le vamos a dar un disgusto a ese chavaleo que había descubierto la forma de trasladar, durante dos días, su macro-botellón al Santuario de la Jara.
Yo he estado hablando con la Virgen del tema y no cabe duda que ella prefiere que se habiliten espacios – si la logística y la meteorología lo permiten – para estos “niños-jóvenes”, dónde se pueda saltar a la comba, jugar a la pelota o darse el primer besillo apasionado con la muchacha/o de sus sueños. Y si entremedias cae un traguillo a la bota o al tinto con limón, un día es un día.
A la Virgen no le gusta ver en su romería a niños y niñas imberbes haciendo zig-zag por el recinto, desvirgando su hígado al “bebercio” sin control, eso sí, recogiditos en su carpa. Recluidos en su campo de concentración particular de la “fiesta”, al que, de vez en cuando, se asomarán preocupados los mismos padres que ahora se indignan de que no se le permita a sus hijos montar el chiringuito.
Yo tengo una hija que este año cumplirá 12 años, seguro que dentro de 2 o 3 me pedirá dinero para montar su carpa-fiesta-disco-botellón en el Santuario de la Virgen de Luna y yo espero que, ya sea el mayordomo, Ayuntamiento o la misma Virgen de Luna con su niño en brazos, no permitan que se monten este tipo de botellodromos para honrar a nuestra patrona.
De momento le voy enseñando lo que significa hacer el camino andando todos los años, parar en el Pozo de la Legua a almorzar con nuestros compañeros de viaje y ese trago a la bota amiga. Llegar al Santuario, visitar y darle las gracias a la Virgen por cuidar de nuestra salud. Y después compartir fiambreras y esas cervecitas con la gente que quieres, hasta que la Virgen nos anuncie que ya viene camino del pueblo.
Ésta es mi romería, la que me enseñaron a disfrutar mis padres y la que yo le estoy inculcando a mi hija, e imagino que es la más le gusta a la mayoría de la gente a la VIRGEN DE LUNA…… Y A SU NIÑO.
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