A Luci Naciones, 5 de Abril de 2014. (9)
Querida Luci:
Ya no tienes excusa para venir a verme, para pasarte un día por este Llano de las bellotas, que también llamaron: ¡Valle de las maravillas! A todos los medios de transporte de los que podías hacer uso hasta el momento, a saber: el coche, el coche o el coche, (marca, gama y color a elegir)… también el autobús (depende de dónde vengas), a pie… o con las bestias, ahora se une ¡El tren! Y estoy muy contento por ello. Seguramente soy un ingenuo y no veo más allá de lo que tengo delante de las narices y no sé leer las connotaciones políticas del asunto ni los entresijos de la psicomotricidad fina. Yo soy más de burro grande… ¿qué se le va a hacer?
El tren, aún antes de parar, trajo a este querido valle algunos “pasajeros” interesantes. Por ejemplo, a muchos vallesanos, nos sacó de la plaza de nuestro respectivo pueblo, para llevarnos a una estación en medio de la jara, en la que nos aseguraban que sólo se podían efectuar paradas técnicas y allí comprobamos, con nuestros propios ojos, lo injusto que resulta ver pasar un tren y otro y otro y otro más y que ninguno se digne parar. ¿Qué tenemos o dejamos de tener -nos preguntamos- para que nos hagan esto? Nos permitió colocar en los balcones y ventanas de los distintos pueblos una misma banderola roja con las letras blancas. Nos regaló la vuelta ciclista a España (nada menos) desde otro punto de vista: decidimos que no queríamos seguir siendo invisibles,…
Y todo esto gracias, sobre todo, a las personas de la plataforma: Que pare el tren en Los Pedroches. Cada día estoy más convencido de que para conseguir algo hay que dejarse de divagar y dar vueltas y explicaciones innecesarias y ser tenaz y convertirse, si es preciso, en un simplón: ¡Tren y Pedroches! Sí, pero es que mire usted, el partido que gobierna en Madrid… ¡Tren y Pedroches! Oiga, pero es que resulta que el partido que manda en Sevilla… ¡Tren y Pedroches! Es que la línea no será rentable y… ¡Tren y Pedroches! ¡Menuda pareja!: ¡Tren y Pedroches! ¿No te parece que suena muy bien?
Querida Luci, te decía que a las personas de la plataforma -con Daría a la cabeza- les debemos mucho más que las seis paradas que va a hacer el tren en la estación de Villanueva (y esto ya es muchísimo). Les debemos, además, que creyeran (y nos hicieran creer) en un valle dividido, en el que los pueblos habían vivido históricamente alejados y desconfiando unos de otros. Como cantó Carlos Cano: “Bendita sea la boca que sabe a la gente unir”. Y lo consiguieron con banderas, canciones,… y con muchos huevos.
Estos días he releído un precioso cuento de García Márquez: “El ahogado más hermoso del mundo” y pensaba que la plataforma y el objetivo común de la parada del tren, han sido nuestro particular “ahogado”. Un “Esteban” que ha terminado por emparentarnos a todos, aunque sea como parientes bastante lejanos. Con tren o sin tren (mejor con tren) no deberíamos olvidarnos de ello.
Y también me alegro porque -aunque he elegido vivir aquí y no cambio la parra de mi patio por ninguna gran avenida- sé que hay vida más allá de las montañas que nos circundan y quiero poder salir y disfrutar del mundo exterior y quiero volver a mi casa de una manera sencilla y usando una infraestructura que, desde hace años, cruza por nuestra dehesa.
Ah, se me olvidaba, observo un peligro inminente: si comienzan a llegar viajeros y, por fin, la gente se entera de que tenemos el mejor jamón del mundo, sintiéndolo mucho… ¡Esto es “pata negra” y se acaba! La mortadela se puede alargar hasta el infinito. ¡Haz tu reserva -al mismo tiempo que adquieres el billete del ave- y no lo pregones demasiado! Yo creo que no va a haber para todos.
Tuyo afectísimo.
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