Han pasado catorce años desde que Antonio Orozco lanzara su primer disco, «Un reloj y una vela»,  y comenzara a dar forma a sus aspiraciones profesionales. Mucho ha llovido desde entonces, tanto que el artista se encuentra embarcado en un proyecto que no le encasilla, sino que le deja entre «Dos Orillas», un título que justifica por una cuestión «puramente» geográfica. Cuatro años después de Renovatio, Orozco ha conseguido dar forma a un disco en el que se ha involucrado también como productor y que le está reportando más «cosas buenas de las que esperaba». Prueba de ello, son los llenos que viene cosechando en una gira que el próximo viernes (22.30 hora) le llevará a Pozoblanco donde ofrecerá un show que define como «único».

Pregunta: Han pasado cuatro años desde que lanzó su último disco, ¿cómo ha sido el proceso de creación que ha dado origen a «Dos Orillas»?

Antonio Orozco: La verdad es que ha sido un trabajo, sin ofender a nadie, de chinos, de día a día, de poquito a poco, de trabajar como productor, elegir cuidadosamente los términos, las fórmulas, las melodías muy poco a poco para ofrecer un trabajo, que en mi opinión, está siendo bien valorado.

P: Me dice que ha participado en el disco en la faceta también de productor, ¿es la primera vez que lo hacía?

A.O.: He hecho cosas para televisión, teatro, pero sí es cierto que es la primera vez que trabajo como productor para mí mismo. No lo había hecho antes porque siempre buscar el apoyo de los demás, pero esta vez quería implicarme más y formar parte de todas las opiniones. Siempre había participado pero nunca había tenido la última palabra. Cuando trabajas siempre te preguntas si cambiarías algo, nunca das las cosas por terminadas, pero la verdad es que es un disco bastante completo.

P: ¿Cómo es «Dos Orillas», a qué suena?

A. O.: «Dos Orillas» está pensado y escrito desde las dos orillas, me refiero al lado americano y al español. Es un disco que está literalmente escrito en el aire, volando de cuidad a ciudad y el resultado es un disco honesto, sincero, profundo en las letras y las melodías. Creo que tiene la verdad que tenemos todos y cada uno de nosotros.

P: Por cierto, ¿el nombre es algo geográfico o hay algo más?

A.O.: Es una cuestión puramente geográfica. Eso sí, entre una orilla y otra hay algo que es ese océano de música que nos deja entrever que siempre hay algo. Es un disco que nos está llevando a lo más alto, que nos mantiene sorprendidos e incrédulos, con un corte muy positivo y que dice que la vida casi nunca las personas y las cosas son lo que parecen.

P: Hablando de ese corte positivo, ¿ha sido casualidad que su primer single sea «Llegará», una canción optimista para los tiempos que corren?

A.O.: No tiene nada que ver. Es un tópico hablar de optimismo en un periodo de crisis. Tiene que ver mucho más con un momento mío. «Llegará» es un canto a la alegría que está calando en muchos países, que está siendo la más escuchado en muchos países de Latinoamérica. Si la gente la aprecia así, con ese toque de optimismo del que hablas pues maravilloso.

P: Después de todo este proceso de creación del que me ha hablado, ahora es el momento de recoger los frutos de ese trabajo, ¿se están cumpliendo sus expectativas?

A.O.: Estoy recibiendo mucho más de lo que yo esperaba, mucho más de lo que me hubiese imaginado. Son cosas que nunca te puedes plantear porque si lo haces piensas que estás loco. Es evidente que las cosas se hacen para que gusten, buscas que funcionen pero somos equilibristas que estamos en una cuerda floja constante porque nuestro gusto no es siempre perpetuo y lo que a ti te gusta no siempre le gusta a la gente. Es cierto que con «Dos Orillas» traté de minimizar los riesgos para que todo funcionara.

P: Cuénteme algo de la gira, ¿cómo se está desarrollando?

A.O.: Pues de diez, en todos los aspectos. Estamos trabajando de una manera muy ordenada. Desde el punto de vista emocional te hablo de no creerme lo que la vida me está dando, ver como estaba Madrid, Barcelona, todos los sitios donde estamos llegando y llenando y ojalá que Pozoblanco no sea una excepción.

P: ¿Qué va a poder ver el público que decida comprar una entrada para el concierto del viernes?

A.O.: Algo que nunca se ha visto, que no va a dejar indiferente a nadie donde hay tiempo de reír, de compartir. Va a ser un momento único, eso lo prometo. No va a dejar indiferente a nadie, es algo que hemos testado en muchos lugares y la verdad es que el honor es mío.