Son ya muchos los años que los diferentes clubes deportivos de Pozoblanco vienen denunciando el déficit de instalaciones deportivas existente en la localidad, lo que en algunas ocasiones ha provocado que algunos equipos hayan tenido que buscar acomodo en municipios cercanos. La problemática ha vuelto a surgir con el inicio de las pretemporadas de los clubes, que se han encontrado con que tras un par de semanas de entrenamientos no tienen ubicación para el desarrollo de los mismos.

En la actualidad, las instalaciones municipales abarcan la pista del Pabellón Juan Sepúlveda, la pista exterior del mismo complejo y la existente en la Caseta de la Juventud, instalaciones que tienen que distribuirse y repartirse entre los equipos de Fútbol Sala, Balonmano y Baloncesto. Unas pistas que no resultan suficientes pero que, haciendo auténticos malabares, los diferentes clubes consiguen cuadrar para dar cabida a todos sus equipos.

Hasta aquí una situación a la que hay que añadir un agravante, que dos de esas pistas -Caseta de la Juventud y pista exterior del Pabellón- no siempre pueden ser utilizadas. La pista exterior del Juan Sepúlveda por motivos obvios, ya que durante el invierno los días que llueve no se puede utilizar, mientras que los diferentes actos que se programan en la Caseta de la Juventud impiden que los entrenamientos se desarrollen con normalidad.

Tal es la situación que durante estas dos semanas las tres pistas quedan inutilizadas. El Pabellón -exterior e interior- por el Open Ciudad de Pozoblanco y la Caseta de la Juventud por un concierto que tendrá lugar el 30 de agosto y cuyo montaje se ha realizado diez días antes. Los diferentes clubes vienen planteando diversas soluciones que pasan por ubicar los actos que se puedan en la Caseta Municipal en lugar de la de la Juventud, techar la pista exterior del Pabellón, convertir la Pista multiusos del Recinto en lo que iba a ser, también una pista deportiva, ya que tan solo se utiliza dos veces al año -Feria y Feria Agroganadera-, sin haber recibido atisbos de solución.

Todo ello provoca que algunos clubes hayan tenido que solventar la situación buscando pistas alternativas en colegios, pabellones de titularidad no municipal -previo pago de su importe- o reestructurando sus entrenamientos. Lo cierto es que son muchos los niños y jóvenes que ocupan su tiempo practicando deporte y las entidades cada vez buscan una oferta más amplia que debería ser tenida en cuenta para, si no ampliar las instalaciones, sí poder sacarle el máximo rendimiento a las ya existentes.