Pedroche recuperó el esplendor de su fiesta de los piostros en el día de ayer en una fiesta, declarada de Interés Turístico de Andalucía, que contó con la participación de unos 360 jinetes a caballos y una veintena de yuntas de mulas. El desgraciado incidente ocurrido el año pasado, donde murió un hombre tras caerse del caballo, llevó a tomar e incrementar las medidas de seguridad y la fiesta se desarrolló con total normalidad.
El Consistorio decidió vallar la Cuesta del Molar, lugar del accidente de la anterior edición y uno de los lugares donde más público se congrega, depositó un ramo de flores y se guardó un minuto de silencio en memoria del vecino fallecido el año anterior. Además, hubo más presencia de Guardia Civil.
Centrados en la tradición, pasadas las cinco de la tarde los piostros se reunieron en el domicilio de Antonio Romero, que este año ejerce de mayordomo, para posteriormente recoger a la Virgen de Piedrasantas en la Parroquia y comenzar el traslado hasta su ermita. Pasadas las ocho de la tarde, los caballistas hicieron su entrada en el municipio por la Cuesta del Molar. Antes, los asistentes pudieron descubrir o redescubrir la belleza de las cubiertas de caballos y yeguas con las mantas bordadas a mano y las tradicionales bolas de lana.
La fiesta de los piostros ha continuado hoy con todos los actos religiosos en honor de la patrona de la localidad, la Virgen de Piedrasantas. Además, hasta el viernes la localidad estará de fiesta con su Feria en honor a su patrona. Unas fiestas en la que su programación aúna actividades infantiles, juegos tradicionales, homenajes a los mayores y diferentes propuestas musicales.
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