El entrenador del Club Deportivo Pozoblanco, Mario Rojas, acabó ayer con sensaciones encontradas el partido que enfrentó a su equipo contra el Atlético Espeleño y donde se consiguió un punto que sitúa a los blanquillos quintos pero en una horquilla de puntos muy corta con los equipos que están por encima -tan solo están a cuatro puntos del Utrera, el líder-. El técnico de los vallesanos se mostró satisfecho con el punto conseguido aunque con el sabor amargo de haber tenido la victoria hasta en dos ocasiones de cara y, por supuesto, por su expulsión.
En este sentido, Rojas indicó que «no me gusta hablar de los árbitros pero nos ha machacado sacándonos una tarjeta en el minuto 8 de juego, en el segundo gol el balón me han dicho mis jugadores que no ha salido y no hubiera sido córner y nos ha machacado a faltas y tarjetas», afirmó aunque también destacó que «estoy satisfecho por el juego del equipo aunque no con el resultado porque creo que éramos merecedores de algo más. Con el 1-2 hemos tenido dos o tres contras en las que teníamos que haber marcado para sentenciar el partido».
El preparador de los blanquillos se lamentó de los errores cometidos a balón parado pero también dejó claro que su equipo ha cumplido con el objetivo fijado a principios de temporada que no es otro que «llegar vivos a estas alturas». «Hemos conseguido estar cerca de la cabeza en este momento de la temporada y vamos a estar ahí, el Pozoblanco va a dar mucha guerra todavía», apuntó para dejar claro que el partido del próximo domingo (19:00 horas) ante el Antonio será «otra final».
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