La Guardia Civil de Córdoba, fundamentalmente a través de sus unidades especializadas en la protección de la Naturaleza (Seprona), ha reactivado la «Operación Sierra», un operativo especial para luchar contra el furtivismo, principalmente en la zona norte y centro de la provincia.

Según ha informado en un comunicado, el Instituto Armado ha reactivado este operativo especial coincidiendo con el inicio en el campo de la ´berrea´ desde mediados de septiembre, un operativo especial de servicio que se desarrollará principalmente en los acotados de caza mayor y sus proximidades.

La primera fase de este operativo se inició a finales del pasado mes de agosto, dado que en estas fechas «los cérvidos ya cuentan con cuernas desarrolladas y se inicia su período de reproducción». Esta primera fase se dará por finalizada con el inicio de la temporada de caza mayor, y en ella los agentes desarrollan «fundamentalmente» labores de prevención y erradicación de los episodios de furtivismo que se suceden.

La segunda fase del operativo se ha iniciado este sábado coincidiendo con el inicio de la temporada de caza mayor, y se prolongará hasta el próximo día 14 de febrero de 2016, fecha en la que finaliza la temporada.

En esta segunda fase, la Guardia Civil orientará principalmente los servicios al control, inspección y verificación de las modalidades de caza autorizadas, comprobación de las autorizaciones administrativas de los propios cazadores y de las rehalas participantes, y detección de la caza furtiva, comercialización y transporte de las carnes a los mataderos autorizados y con control sanitario, ejerciendo un especial control sobre aquellas monterías, batidas y ganchos conocidas como «mata y cuelga».

En este sentido, «el esfuerzo de las unidades implicadas tenderá a prevenir los episodios de furtivismo en un primer estadio, y a denunciar las infracciones, cuando las mismas se produzcan», ha señalado la Benemérita, toda vez que, los procedimientos operativos de los servicios irán dirigidos a «evitar» episodios de «retranca» detección y erradicación de los «ganchos irregulares» y las «monterías ilegales».

Mayor supervisión en las monterías

Por otra parte, las monterías, debido al elevado número de participantes, el empleo de armas largas rayadas y el uso de rehalas, serán objeto de una supervisión «más detallada para evitar que se establezcan más posturas de las autorizadas y que se desarrollen con las medidas adecuadas al objeto de garantizar la seguridad de las personas participantes».

Con respecto a las rehalas de perros utilizadas en este tipo de cacerías, según ha indicado la Guardia Civil, «comprobará los certificados o talones demostrativos de haber realizado operaciones de desinfección de los medios de transporte de los perros».

Asimismo, el Instituto Armado pretende «concienciar a los rehaleros, de la necesidad de estar en posesión de todas las autorizaciones administrativas necesarias, la inscripción de los núcleos zoológicos en el Registro de Explotaciones Ganaderas de Andalucía, seguros de responsabilidad civil, licencias de caza, medios de transporte y capacitación de los conductores desde el punto de vista del bienestar animal».

Por su parte, continúan en vigor las normas de naturalización de trofeos, según las cuales aquellos cazadores que quieran naturalizar los trofeos de las piezas que abatan en las cacerías, podrán transportarlos en recipientes herméticamente cerrados, por ellos mismos o a través de terceros con destino a las taxidermias, acompañados de un documento expedido por el veterinario en caso de monterías, ganchos y batidas o por el guarda del coto respecto a recechos y aguardos.

A este tenor, cualquier recipiente que cumpla esta función es válido, lo que permite realizar el transporte del trofeo introducido en una bolsa de plástico que ofrezca la resistencia y estanqueidad oportuna, para evitar el vertido de líquidos orgánicos. Además, se verificará que «todos los trofeos vayan con su correspondiente precinto, que serán de color verde, numerado con indicación de la fecha de captura y el número de coto», ha indicado la Benemérita. Al igual que en la primera fase, en ésta se va a destinar «un gran esfuerzo» a atajar los episodios de furtivismo que pudieran aflorar con la temporada ya comenzada.

Más de 780 actuaciones 

Durante la pasada temporada de caza, la Guardia Civil efectuó 783 actuaciones, entre identificación de personas y vehículos, verificación de actividades cinegéticas, inspecciones y registros o constatación de infracciones administrativas.

Ello permitió la inspección de 163 cacerías, entre monterías, ganchos y batidas, y 386 identificaciones de vehículos y personas que resultaron sospechosas al encontrarse o moverse en las zonas de caza o cometer alguna irregularidad. Según han incidido el Instituto Armada, se detectaron y denunciaron 165 infracciones administrativa por vulneración de diversos preceptos en materia de caza y sanidad animal.

Como consecuencia de los expedientes de denuncia instruidos, la Guardia Civil intervino doce armas de fuego, así como diverso material de apoyo para cometer los episodios de furtivismo como focos alógenos, hachas, o equipos de transmisiones, entre otros, y nueve reses «irregular o ilícitamente abatidas», todo ello puesto a disposición de la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a resultas de la instrucción de los respectivos expedientes sancionadores.