Me pasa con los plenos de Pozoblanco como con un partido de fútbol, lo ves y cuando hablas con alguien que también lo ha visto te queda la sensación de haber estado en dos sitios diferentes. Lo bueno del fútbol es que sabes el principio y el final, todo lo contrario que las sesiones en el Consistorio pozoalbense, sabes cuando entras a la sala pero no tienes ni idea de cuando vas a salir. El orden del día de ayer contemplaba nueve puntos, incluidos los ruegos y preguntas, en los que apenas se requirió la intervención para debatir en tres y la sesión se alargó hasta las cinco horas. Si se me permite un ruego, los corporativos podrían sentarse a debatir un reglamento que evite intervenciones que se eternizan y que permita a todos jugar con las mismas reglas. Otra solución es un curso de algo tan elemental como saber resumir.
En la toma de decisiones, se aprobó el pliego que regirá la concesión del contrato para el servicio de la Ayuda a Domicilio que trajo aparejado el sempiterno debate, ¿cuenta el equipo de gobierno con la oposición o le da cancha en tan sólo que le interesa? También se aprobó la adjudicación de lotes en la Dehesa Boyal y unas mociones en apoyo al sector olivarero y al olivar en pendiente y de baja producción. Y prácticamente se acabó la toma de decisiones. El resto del debate se concentró en la propuesta del alcalde, Emiliano Pozuelo, para solucionar el problema de las viviendas del plan 54 de Los Llanos. Es complicado tanto la situación como la solución que se pueda buscar para acabar con el problema de convivencia creado pero ayer la forma de llevarlo a pleno lejos está de acercarse a buscar el consenso.
Dijo el primer edil pozoalbense que buscaba el consenso y dejar a un lado los juicios de valor para lanzar un mensaje de unidad. Lleva ya Pozuelo demasiados años en política para saber que en un tema de este calado si quiere unidad y consenso la propuesta que presentó ayer tenía que haber sido debatida con anterioridad y que los tres grupos de la oposición iban a decirle que no. Con todo, si el alcalde de una localidad cree tener una solución a un problema existente es su responsabilidad aplicarla y se entiende que lo lleve a pleno, pero me hubiera encantado que lo hubiese defendido hasta el final. Es poco serio que un alcalde valore algo tan serio como pedir un desahucio y que se sepa de antemano que esa propuesta iba a ser retirada por otra de menor entidad. El equipo de gobierno tiene mayoría absoluta y esa propuesta podría haber salido hacia delante sin ningún problema, es más, me atrevería a decir que cuando se lleva una propuesta de esta índole el recular deja las cartas al descubierto.
Del resto del pleno podríamos destacar los tonos empleados que van dejando las pequeñas animadversiones que se van generando por el roce diario, normal en todas las relaciones. Se podría destacar también lo complicado que resulta en ocasiones seguir el ritmo de las votaciones, hasta para quienes más experiencia tienen. También se podría decir que hay corporativos que empiezan a ponerle, o a intentarlo, entidad a sus intervenciones aunque se tropiecen con la «dictadura» de un lenguaje que no se denomina. Por último, destacar que el pleno pudo verse en directo en Youtube gracias a Canal 54 para la que tampoco hay solución, de momento, aunque todos andan hablando con todos. Entre todas la mataron y ella solita se murió.
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