Veintiuna ediciones son muchas. No voy a hablar de la consolidación de la Feria Agroganadera, de su ranking a nivel autonómico o nacional, eso ya está manido. Pero ante tantas ediciones no estaría mal sentarse y dar una vuelta de tuerca a una cita tan importante. Son muchas ya las voces que se escuchan y que hablan de retirar el carácter anual de la muestra –aunque aquí topamos con la subvención otorgada por esa periodicidad y que podría perderse, una de las razones fundamentales para la celebración de esta edición, así como perder la fecha en el calendario anual- o, al menos, de cambios sustanciales que pongan aún más en valor esta Feria que, en ocasiones, peca de escasez de novedades. Uno no puede ir a un sitio y encontrarse siempre lo mismo, hay que apostar por cambios de envergadura, por el “valor añadido”. Una opinión o, mejor dicho, una conclusión sacada de conversaciones con “expertos” en la materia.

Y si veintiuna edición son muchas, cuatro días se convierten en una eternidad que dejan imágenes de esas que “no se ven”. Si la Feria se convierte, a veces, en monótona no hablo ya del discurso de los políticos. Que estamos en crisis lo sabemos, por desgracia, todos; que Confevap ha hecho algo más que un esfuerzo para que la Feria sea una realidad nos ha quedado a todos clarísimo, así como el compromiso de la Junta de Andalucía con la comarca. Como para que no nos quede claro. Les invito a tirar de hemeroteca y que vean el discurso de las autoridades en la presentación de la muestra y el día de la inauguración. Casi idéntico el del alcalde de Pozoblanco, Pablo Carrillo, y no hay que dudar de que Isabel Ambrosio y Francisco Zurera comparten asesor. Se echó en falta un poco de imaginación y de recursos, que la importancia de la cita lo requiere.

Luego está la parte donde el protocolo es difícil de imponer, las fotos. El día de la inauguración y en cada acto institucional puedes echarte unas risas con las diferentes estrategias, aunque hay quien directamente pasa, porque “ni que fuéramos a salir”, le dijo en el momento de la inauguración Emiliano Pozuelo al alcalde de Alcaracejos, Luciano Cabrera. Aunque para comentarios los oídos de boca de algunos políticos haciendo comparaciones de sus adversarios en el terreno político con alguno de los animales expuestos. Sublime. Pero volviendo a las fotos los que se llevan la palma son los políticos que llegan acompañados de sus jefes de prensa. Impresionante ver cómo las órdenes de éstos son acatadas a la perfección por “sus” políticos. Si hay que hablar lo decide el jefe de gabinete, así como el estar en cada momento donde se debe. Casi como aquí. Para aprender de la optimización del servicio.

Otra de las imágenes curiosas de la Feria las ofrecieron los ganaderos y sus reivindicaciones. No se achicaron y en todas las visitas de responsables políticos exigieron soluciones para el sector, medidas serias y compromiso. De tú a tú. Aunque esto es más como lo de los Goya, reivindicaciones bajo vestidos de marca, pues aquí reivindicaciones ante señores encorbatados y mujeres con sus mejores galas que poco saben en la actualidad de pasar penurias. Pero bueno, esto es algo demagógico, porque la condición social o laboral de uno no impide que se pueda reivindicar por el mal ajeno. Pero es cierto que el tú a tú se desvirtúa.

Y luego aparecen las cosas intrínsecas de la Feria. Oye que no consigo ver a un azafato que me ofrezca, bien uniformado, el programa para la muestra o me ofrezca una cervecita. Mala suerte la mía, lugar reservado para ellas. Y no es una cuestión de igualdad entre hombres y mujeres, que va, es una reivindicación de que todos tenemos derechos a alegrarnos la vista, ¿o no? Bueno y qué voy a contar de ser citada a las doce y media para unas declaraciones y tener que esperar hasta las dos para que un agotado consejero te atienda después de hacer el tour por las radios y atender a algún díscolo compañero para el que no existe el protocolo. Al final, los que no nos quejamos.

Y no voy a hablar de los rifirrafes políticos. Esos para otra ocasión porque casi seguro que saldrán por sí solos. Pero que ha habido descontento entre la clase política local es tan real como que la cifra de 70.000 visitantes se queda algo más que larga.