El pasado 13 de junio se consumió el primer año de legislatura en los ayuntamientos de toda España. Parece que fue ayer cuando en una mañana intensa y emocionante a partes iguales Pozoblanco en Positivo y Partido Popular daban luz verde a un acuerdo que llegó “in extremis”, un acuerdo con el que se iniciaba un nuevo periodo político en Pozoblanco. Entraba en vigor la legislatura que estaba llamada a ser la del cambio, ahora que tan de moda está esa palabra, una legislatura que tras ocho convulsos años aminorara las tensiones y la política pasara a un segundo plano, al menos los conflictos. Tanto es así que en la rueda de entrevistas que hoyaldia.com realizó la semana pasada a diferentes protagonistas con motivo del primer año de legislatura, los cinco políticos entrevistados definen como el mayor mérito de estos 365 días la estabilidad conseguida. Unos se la atribuyen al equipo de gobierno, otros a la oposición y hay quienes comparten los méritos, pero hay unanimidad a la hora de reconocer que los grandes conflictos se han eliminado en este primer año de legislatura.
Al hablar de cambios, el análisis conduce a una única pregunta, ¿qué ha cambiado en Pozoblanco? El equipo de gobierno parece haber conseguido acercarse más a la ciudadanía con ciertas figuras políticas que estarían presentando una capacidad de empatía mayor que las que ocupaban los mismos cargos en anteriores legislaturas. Una parte de ese equipo de gobierno, Pozoblanco en Positivo, ha conseguido movilizar a una parte de la población que hasta ahora nadie parecía haber conquistado, la más joven. Una, por lo que percibe y escucha, tiene la sensación de que los pozoalbenses miran con más optimismo y le dan, al menos, un voto de confianza al actual equipo de gobierno. Digamos que no se reniega tan abiertamente del Ayuntamiento y eso es consecuencia directa de haber conseguido dejar atrás las peleas continuas.
Pero sigamos, ¿qué ha cambiado en Pozoblanco? ¿Qué grandes problemas han sido solucionados? El tema de la limpieza sigue exactamente igual, se va a tardar más de un año en adjudicar el servicio y lo que era una prioridad y se iba a hacer en apenas unos meses se ha extendido en el tiempo. “Pozoblanco no puede permitirse por más tiempo seguir con los niveles de suciedad en los que lleva estos últimos años. La imagen de un pueblo parte de la limpieza de sus calles, parque, jardines y edificios públicos”, reza el programa electoral de Pe+. En el tema del personal del Ayuntamiento, parte fundamental en el programa de Pe+ y asumido por el PP, las medidas incluidas parecen difuminarse y encaminarse hacia su incumplimiento, a tenor de ciertas declaraciones realizadas por los propios gestores. La Televisión Local, el único medio de comunicación público, sigue sin abrirse después de anunciar la vuelta de las emisiones hace meses.
Es cierto que el proceso para la legalización de los polígonos industriales se ha puesto en marcha, pero ahora hay que ver el devenir del proyecto. No se puede decir lo mismo de ninguno de los grandes proyectos a nivel de inversiones de la legislatura, ni el más fácil a priori –la adecuación del antiguo Centro de Salud en un centro empresarial- ha comenzado y a día de hoy si hablas con un concejal te dibuja el proyecto de una manera y si hablas con otro, aboga por otro. En definitiva, el balance del primer año de gestión sale con saldo positivo en las formas y se puede dejar el aprobado atrás en el contenido. Eso sí, los eventos deportivos, las fiestas –que se suceden año tras año-, los grandes conciertos y el marketing político son suficientes para que la visión que se tiene sea positiva. Añadiendo una última parte, Pe+ vendió programa, programa y programa y fue el suyo el que el PP asumió durante las negociaciones. Y ahí se quedó.
Y esto nos conduce a otra reflexión. Hace no tanto tiempo nadie tenía reparos en hablar de la relación entre PSOE y CDeI, incluso cuando sólo había indicios de que la cosa acabaría mal –no había que ser un lince para saberlo-. Ahora parece que hay que pedir perdón si se aborda este tema, pero está meridianamente claro que el Ayuntamiento de Pozoblanco sigue teniendo esa división provocada por estar gobernado por dos grupos. Dos grupos en muchas cosas antagónicos, dos grupos que manejan dos tiempos y dos grupos que andan inmersos también en manejar sus propios egos, aunque lo nieguen. Hay más fricciones de las aparentes. De momento el alcalde, Emiliano Pozuelo, le tira de las orejas a más de uno en la entrevista publicada el viernes en hoyaldia.com. No hay que leer entre líneas, lo deja muy claro, hay gente activa y pasiva.
Transparencia, participación y buen gobierno han sido las banderas de este equipo de gobierno en el primer año de legislatura, banderas que a veces ondean a media asta con estas premisas, por más que se repita en cada discurso político. Un año marcado también por quizás un excesivo autobombo que puede volverse contraproducente si no se le aplican las dosis necesarias de autocrítica.
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