*Artículo de opinión publicado en Cordobadeporte.com el 17 de febrero de 2016

 

A veces me gusta traer a este rinconcito hechos deportivos que pocas páginas de periódicos van a ocupar. Lejos de la dictadura futbolística, del espectáculo del All Star, o más cercano a nosotros, la mala racha del Córdoba, hay algunas historias que merecen que nos detengamos para ver otra óptica del deporte, la que más me gusta, la que se cimenta en la formación.

Hoy barro de nuevo para casa. El pasado sábado, la pozoalbense Alicia Jaut conseguía la presea de oro en el Campeonato de Andalucía sub 23 de atletismo en pista cubierta, en salto con pértiga. Una medalla que la ha llevado a copar y ser protagonista esta semana, pero que descubre también una historia con alma de ésas que hay en el mundo del deporte.

El triunfo de Alicia pone de relieve, una vez más, el excelente trabajo que se viene haciendo desde hace décadas desde el Club Atletismo Pozoblanco Ginés. Desde sus inicios, en el gimnasio del colegio Ginés de Sepúlveda, lugar donde se practicaba atletismo en la localidad, ha llovido mucho pero la idiosincrasia del club sigue siendo la misma.

Su trabajo con los atletas es incontestable en un deporte que no cuenta con los apoyos de otros, ni con la masa social de la que pueden presumir otras entidades. Da igual. En sus filas inició su formación, por ejemplo, la atleta noriega Carmen Romero. Porque esa es otra de sus señas de identidad: el Club Atletismo Ginés recibe a niños y niñas de toda la comarca de Los Pedroches.

En enero de 2008, ese afán por poner de relieve el atletismo y las necesidades de quienes han luchado por este deporte, muchas veces en el silencio, encontró un nuevo hito conseguido con la inauguración de la pista atlética de Pozoblanco. Se ha avanzado en las instalaciones, en las medallas –porque los integrantes del club vienen aportando importantes triunfos en categorías inferiores- pero aún queda reconocer el esfuerzo de quienes a lo largo de su historia han dotado de alma a esta entidad.