Cuatro capítulos le sirven al Padre Juan Ruiz para hablar de la “época árabe” y de nuestro queridísimo Llano de las bellotas. Atiende primero a los datos que tenía sobre la época visigótica y que eran ninguno o casi ninguno. Menciona de pasada una lápida sepulcral, usada de hogar en un cortijo, hallada en el cerro del Cuete; la hizo levantar, para luego y por “el estado lamentable” en que se encontraba, dejarla allí no sin antes intuir una inscripción que rezaba: “Decumbit Joanes Xti. Servus. Amen”. Entonces empieza a cavilar sobre el verbo decumbo traduciéndolo a su flor por “caer peleando o morir en la lucha” haciendo del pobre de Joanes un mártir. No era el latín el fuerte de este profesor de ciencias naturales ya que el verbo en cuestión no tiene otro significado que “acostarse o dejarse caer en tierra”. En fin que si la inscripción era la que era este colodro visigótico estaba simplemente muerto y enterrado.
Verán. El primer epígrafe que habla de lo propiamente musulmán es el titulado: “clima de Cambania”. En climas dividía al-Idrisí, geógrafo afamado del siglo XII, también conocido por el Nubiense aunque era de Ceuta y vivía en Palermo – qué cosas –; las regiones geográficas que exploraba y a las que ponía orden para gloria de su mecenas Roger II de Sicilia. Pues bien, resulta que el fraile consultando la traducción de José Antonio Conde de la Descripción de España de Xerif Aledrís de 1799 vio y transcribió todos los topónimos que el Nubiense tuvo a bien recopilar en este clima y entre los que encontraba “Phos-Albelut, Albolote, campo de encinas” (sic); y claro se vino arriba al leer lo de los chaparros. La cosa es que este término aparece entre topónimos de la zona de la Campiña cordobesa con lo que el autor cierra el tema afirmando que el clima de Cambania es toda la provincia de Córdoba y Phos-Albelut está al Norte. Aunque usa más fuentes sus conclusiones son difusas ya que trata a Fahs al-Ballut como un lugar localizado al norte de Córdoba, es decir, identifica Fash al-Ballut con Hinojosa del Duque. Por cerrar la cuestión y en boca de uno de los que más sabía de esto que era Antonio Arjona Castro: Fahs al-Ballut prácticamente coincide con Los Pedroches y las zonas anejas de Extremadura y Ciudad Real lo que quiere decir que no era una ciudad o aldea o lugar o sitio como apuntaba el Padre Juan Ruiz. Castro lo contrasta con varios autores, incluido al-Idrisí, en las Actas del I Congreso de Hª de Andalucía en 1979. Vamos que de lo de la Cambania nanay de la China. Para demediar el capítulo sugiere el fraile una imaginativa – por ser prudente – etimología del nombre de Hinojosa haciéndolo derivar desde Fahs al-Ballut. El diccionario etimológico de Corominas señala que Finojosa se deriva de hinojo ya en el año 1140 y este a su vez viene del latín feniculum, heno. Cierra el capítulo transcribiendo una batalla “ocurrida en estos contornos” entre el omeya de Abd al-Rahman I y el abasida de Yousuf al-Fheri. La contienda pasar pasó pero más que en estos contornos estuvo cercana a Sevilla. El abasida en cuestión sí que tuvo que escapar a Toledo después de su derrota y claro el camino a la ciudad del Tajo pasaba por Fahs al-Ballut cuyas poblaciones más importantes fueron Gafiq (Belalcázar) y Britaws (Pedroche). Estas ciudades aparecen citadas en el libro de al-Idrisí pero el Padre Juan Ruiz no se hace eco de ellas.
El siguiente capítulo es uno de los más desconcertantes. El carmelita elucubra que nuestra comarca en tiempos de taifas tenía el nombre de Al-Sahala y se apoya en autores como Abu-Bakero o el arabista holandés Dozy. Este último de hecho afirma que la capital de La Shala está en Albarracín. Muy raro. Lo cierto es, según afirman los profesores del Pino y Carpio en Los Pedroches y el despoblado medieval de Cuzna; que tras caer el Califato “Fahs al-Ballut pasó a depender de los Banu Yahwar de Córdoba, y luego de los reinos Taifas de Toledo y de Sevilla. Más tarde constituyó una provincia (el iqlim al-Batalita mencionado por al-Idrisí) […] es probable […] unida al reino de Córdoba”. Por buscarle el sentido a sus afirmaciones lo que más se parece – y esto es hablar por hablar – al vocablo Al-Sahala en el norte de Córdoba es la región del Wabuh al-Sha’ara. Según Arjona Castro publicó en Belmez y su comarca en época musulmana: es un territorio que destaca al norte de la cora de Córdoba y que incluiría en cierto momento a las poblaciones del actual Belmez, Espiel y el sur del territorio de Villanueva de Córdoba. Castro entiende que al-Sha’ara evoluciona a Xara (Jara), una comarca que sería famosa tras la conquista cristiana. ¿Les suena Villanueva de la Jara?. Pues eso, ahí lo dejo.
El sexto y último capítulo de lo tocante a la época musulmana se centra en la reconquista. Habla sobre lo aguerridas que eran las gentes de esta zona en aquella época; algo lógico tratándose de una tierra de frontera. Los Pedroches estaban habitados, desde tiempos de la conquista musulmana, por bereberes: una etnia del norte de África dividida en tribus; que se batieron el cobre a base de bien con los cristianos. La importancia de Fahs al-Ballut fue fundamentalmente militar al ser la puerta de entrada desde la Meseta a Córdoba. Aquí, además, cuenta la vida y obra de los guerrilleros almogávares, las injerencias de Alfonso VII por estos lares el cual, según Manuel Luna Rivera, consiguió que los sarracenos “abandonaran las fortalezas del norte de Los Pedroches, a excepción de Gafiq”; algo que encaja bastante bien con los datos que aporta el fraile sobre lo ocurrido en ese tiempo en Chillón, Santa Eufemia o Pedroche.
Finalmente narra la conquista de Córdoba y así, con las hazañas del Rey Santo, pone fin a esta complicada época para adentrarse poco a poco en el transito de la Edad Media a la Edad Moderna donde sacará a la palestra a personajes y lugares tan queridos por los hinojoseños como el Marqués de Santillana, los Sotomayor, el condado de Belalcázar o los cabildos de Santo Domingo. Promete.
[Continuará]
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