El carnaval es un cómputo de elementos que pueden provocar el éxito o todo lo contrario. El tipo es uno de esos elementos que permite a las diferentes agrupaciones empatizar más o menos con el público y el que presenta este año la chirigota «El Grifo» permite sin grandes artificios no sólo gustar sino también adaptar unas letras a ese mismo tipo. «Con la iglesia habéis topado» es la propuesta de una chirigota que esta noche cumplió con creces en su pase de preliminares del Concurso de Carnaval de Córdoba.
Unos santos muy peculiares se presentaron en las tablas del Teatro Góngora tirando de tipo, como decimos, pero también de letras, obra de Javier Vargas. En el primer pasodoble de la noche, la chirigota le cantó al propio carnaval al que pidieron que se arrodillara ante quien cumpla el mandamiento de febrero cada año porque «no son santos pero te adoran haciendo milagros». Bonita y bien hilada la letra de un pasodoble donde los chirigoteros recuerdan que conforme pasa el tiempo seguir en el carnaval es más complicado, «perdona si confieso que ya no eres lo primero» pidiendo que se escuchara esta canción «por si es nuestra última cena».
La iglesia estuvo muy presente, y no metafóricamente hablando, en el segundo de los pasodobles donde la chirigota se hizo eco de la polémica a raíz del concurso ‘Madre y Maestra de Vida’ convocado por el Obispado y por el Centro de Magisterio Sagrado Corazón y que consistía en premiar con 2.000 euros y un diploma de honor a la universitaria que no aborte. Aludiendo al pasodoble de «Los Miserables» de Antonio Martínez Ares (1993) y el famoso «Ha dicho el santo padre», la chirigota le pide al obispo cordobés que no vuelva al pasado para quitar la libertad que las mujeres «han ganado hace años».
Y si en los pasodobles no hay espacio para el humor, este entró de llenó en los cuplés, sobre todo en el segundo, con una letra que recogió las frases más peculiares pronunciadas por Mariano Rajoy. Ambos fueron cerrados por un pegadizo estribillo donde cada uno de los santos se confiesa cien por cien «divino, divino, divino». Cerró la actuación la chirigota con un popurrí donde la música cobra protagonismo y donde el tipo sigue permitiendo a la agrupación hacer de las suyas.
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