El 7 de noviembre le propusieron ser el pregonero de la Semana Santa de Pozoblanco y su respuesta la tuvo clara, un no. Hicieron falta otros puntos de vista, echar mano de la empatía, para que esa negativa se reconvirtiera. Cuatro meses después, José Luis Calero afronta el reto de pregonar a una Semana Santa a la que se siente fuertemente vinculado y que conoce gracias a una dilatada experiencia personal. Asegura que espera disfrutar el momento, aunque no niega que su timidez ha provocado que durante este tiempo ese no primitivo haya pesado. Sin más expectativas que hacer su pregón, José Luis Calero tiene una máxima para la cita de mañana (12:30 horas, Teatro “El Silo”), ser él mismo durante el tiempo que pregone a la Semana Santa pozoalbense, un tiempo donde invitará a la reflexión.
Pregunta: ¿Cómo ha sido el periodo de tiempo que discurre entre que le proponen ser pregonero y el actual, es decir, a escasas horas de que se realice el acto?
Respuesta: El 7 de noviembre me llamó Juan Fernández y por las horas y la excusa que me dio intuí algo raro, también porque tengo cierta relación con la nueva Junta Permanente de la Agrupación de Cofradías y sabían que iban tarde. Juan se presentó con su hija, que también forma parte de la Agrupación, y me lo dijeron. Me proponen ser pregonero y evidentemente mi respuesta es que no porque yo soy como soy, llevo mucho tiempo en el mundo cofrade e incluso muchas veces había pensado que si yo tuviera que ponerme en ese papel no sería capaz. Yo soy más bien tímido, me cuesta abrirme y no me gusta airear mi forma de pensar, por lo que me costaba asumir ese rol de expresar mis sentimientos y ser exigente con mi propia forma de pensar y con lo que pienso de la Semana Santa. Después de decir que no hablé con Esperanza, mi mujer, me hizo ver otros puntos de vista y también pues tengo esa digamos presión de que me lo proponían personas conocidas y queridas por mí, comprometidas con su trabajo, además de tener en cuenta lo que implicaría mi negativa respecto a los tiempos. Todo ese conglomerado de circunstancias provocó que empezara a darle vueltas y me hiciera una pregunta, ¿qué digo yo? Sé que mi experiencia cofrade es extensa, pero de ahí a tener que plasmarla en un pregón de Semana Santa… Lo cierto es que también estoy agradecido de que se hayan acordado de mí y, bueno, después de sopesarlo acepté el cargo. Eso fue el 7 de noviembre y desde entonces mi cabeza no deja darle vueltas al acto que va a tener lugar mañana.
P: ¿Ha pesado ese no a lo largo de estos meses?
R: Sí, sí que ha pesado. Sé que es una decisión que no es para jugar con ella, que no te puedes retractar a mitad de camino, pero te surgen muchas dudas de cómo plasmar esa vida cofrade, aparece el miedo al fracaso, todo ese tipo de cosas. Y luego están mis propias circunstancias personales, vengo de una época donde me he cerrado y para mí hacer el pregón ahora ha supuesto un esfuerzo muy importante, el buscarme muy dentro de mí. No digo que a estas alturas me arrepienta, ya está hecho, pero sí que ha sido complicado. Del otro lado, del positivo, me he alegrado de la decisión porque ha sido un impulso en mi sentir religioso, por los avatares que he tenido no es que hubiese renegado, pero sí que me hubiese despegado un poco de la concepción de vivir la religión y esto me ha supuesto un empuje.
P: Es decir, ¿qué le ha ayudado a buscarse a sí mismo?
R: Ha sido un impulso. Por decirlo de alguna manera, venía de un tiempo entre tinieblas y esto ha sido de alguna manera una forma de tirar hacia delante, de darme cuenta de que no puedo estar a medio gas, porque yo no soy así. Este proceso me ha impuesto un estudio sobre mí mismo, ahora mismo eso es lo más positivo, no sé qué pasará el domingo, aunque tampoco hay que esperar nada. Va a ser mi pregón, yo he puesto muchos sentimientos aquí, otra cosa es que no todo el mundo tiene que sentir lo que yo siento, pero el pregón va buscando el sentimiento. Por eso digo que no sé lo que pasará, pero sí que es mi pregón, mi forma de sentir y sentir la Semana Santa.
P: Decía antes el miedo a fracasar, ¿existe el fracaso en estos menesteres?
R: Quizás no es la mejor palabra, es cierto. Lo que sí tienes que ser es consecuente contigo mismo, darte cuenta que simplemente expones tu manera de pensar y tampoco puedes pretender que todo el mundo tenga la misma forma de pensar y sentir que uno tiene. Me ha costado buscar dentro de mí, pero siempre gusta que sea bien aceptado y bien recibido. Una de mis habilidades o defectos es que me pongo en el pellejo del que tengo enfrente y eso me hace plantearme muchas interrogaciones y dudas. Fracaso no, no es la mejor manera de definirlo, es una prueba que estoy realizando y el domingo es el culmen a un trabajo personal muy importante y si llega a la gente y le hace reflexionar un poco, pues bienvenido sea. No busco expectativas, es un pregón de Semana Santa.
P: ¿Se enfrentó al pregón desde el minuto uno o prefirió dejar reposar la decisión?
R: Lo reposé. Empecé a meditar el cómo y el por qué, empecé a ver, a escuchar, a buscar orientaciones. Cuando hablaba con unas personas y otras me decían que tenía que buscar el hilo conductor y he pensado mucho buscando ese hilo conductor sobre el que ir llevando mis reflexiones o ir haciendo referencias a una u otra cosa. No sé si al final tengo ese hilo conductor, si tengo un desarrollo del pregón, pero ya te digo que la primera época fue orientar mis planteamientos, las maneras. Mi idea siempre ha sido la de hacer un pregón desde el corazón, otra cosa es que yo fuera capaz de sacar del corazón lo que pretendía y no sé si lo he conseguido, te lo digo de verdad. Me ha costado mucho, pero a estas alturas estoy contento.
P: Los pregoneros suelen acordarse de todas las cofradías o hermandades ese día, ¿lo hará usted?
R: Sí, me he puesto en el pellejo del que está en el patio de butacas y tiene su corazoncito con su cofradía y he intentado darle a todos ese espacio.
P: Pero en ese espacio el Viernes Santo tendrá un lugar privilegiado.
R: Ahí se me va a ver el plumero, es inevitable. Mi experiencia básicamente, aunque también soy cofrade de la Caridad, es soledana, tiene mucho de la Soledad. Eso no puedo negarlo porque sería algo contra natura, ha sido, es y será mi cofradía. La experiencia que yo tengo ahí está, he dedicado mucho tiempo de mi vida a hacer las cosas, unas veces mejor y otras peor, por la Soledad. Me ha marcado y en el pregón tiene que estar presente independientemente de que veas otros puntos de vista, cada cofradía tenemos nuestra personalidad, nuestras peculiaridades y te arrimas a unas o a otras por circunstancias. Cuando llegó el momento yo me acerqué a la Soledad y siempre he estado muy a gusto y en el pregón se va a ver esa soledad.
P: ¿Qué razones le llevan a acercarse a la cofradía de la Soledad?
R: Yo soy del barrio de San Sebastián, siempre he estado en la parroquia de San Sebastián y tenía inquietud de ser de la Soledad, aunque es cierto que no fue en la primera cofradía que salí de nazareno. Luego tuvo su toque familiar porque la familia de mi mujer estaba muy relacionada con la directiva y eso me ayudó a ofrecerme más, pero fue una decisión personal. No tengo en mi casa raíces cofrades.
P: ¿Se mete en muchos charcos durante el pregón?
R: Intento levantar conciencias, pero charcos no, aunque luego podrá haber opiniones para todos los gustos.
P: Pero me decía que invitaba a la reflexión.
R: Sí, mucho, quien quiera reflexionar va a poder hacerlo. Aunque no lo queramos en este mundo de la Semana Santa se unen tantos ámbitos, tantos intereses, pero no deja de ser un pregón religioso porque la Semana Santa es religión e independientemente de que haya muchos colectivos metidos en ese ámbito tiene que llamar a la reflexión y sí voy a remarcar el tema religioso.
P: Tiene la experiencia en casa ya que Esperanza Rodríguez, su mujer, también ha sido pregonera. ¿Qué papel ha desempeñado, se ha fijado en su experiencia?
R: Ella ha sido mi mayor crítica y me ha valido para un poco tomar conciencia de cómo enfocaba mi pregón. Ella tiene experiencia, pero somos dos personas diferentes, su pregón fue de una manera y yo he intentado que mi pregón sea como yo soy. Ella conoce el pregón, lo he ensayado con ella y me ha ayudado a la hora de matizar. Ha sido un punto de apoyo muy importante.
P: ¿Tiene muy ensayado el pregón?
R: Lo que me ha dado tiempo. Yo quiero ser José Luis y entiendo que una cosa que se lee tiene que ser leído para que la gente que te escucha lo entienda, pero no quiero dejar de ser yo.
P: Le presentará Patricio Moreno
R: No había duda porque es la persona a la que más unido me he sentido en mi vida cofrade. Hemos ido haciendo una vida cofrade conjunta y nos hemos complementado muy bien a pesar de ser muy distintos, es una persona muy importante y pienso que era la idónea para hacer la presentación. No había duda.
P: En la conversación previa a esta entrevista me decía que quiere disfrutarlo, aunque no haya disfrutado el proceso en su plenitud por la presión que conlleva el nombramiento.
R: Yo soy como soy, no me siento a gusto delante de los focos y el tipo de cosas que conllevan ciertos roles. Hay en ambientes que me siento más o menos a gusto pero espero que ese tipo de situación la supere. Llevo cuatro meses trabajando sobre lo que voy a decir mañana y ha sido un desarrollo para mí muy importante en el sentido que te comentaba antes, de que vengo de una situación difícil en mi vida y me ha hecho remover las entrañas y reaccionar. En ello estamos.
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