No será una noche cualquiera la de hoy, nunca lo es cuando el telón se abre para que el público disfrute de la ópera. Un género al que no es ajeno el público del Teatro «El Silo» y que en esta ocasión podrá acercarse a «La Flauta Mágica» de Mozart de la mano de la compañía Ópera 2001, conocedora también de los entresijos del espacio escénico pozoalbense. «La Flauta Mágica» está catalogada como la más popular de las piezas de Mozart y una de las más adecuadas para la introducción al género. En los aledaños del Teatro y en su interior el trabajo hoy no se asemeja nada al de cualquier otro día, hoy hay ópera y eso se hace notar.
Cuando a las 20:30 horas las luces se apaguen y la música comience a sonar se habrá puesto fin a una jornada de intenso trabajo para que la escenografía, los efectos especiales o el vestuario luzcan en su mejor versión. No hay margen para el error. «Todos los montajes de ópera son complicados porque requieren de mucha gente en su participación. Somos cien personas en la compañía y una parte muy importante son los técnicos, la maquilladora, la peluquera, los conductores, se necesita mucha gente para llevar hacia delante una producción de ópera», nos relata el productor y director artístico, Luis Miguel Lainz, con el que nos introducidos en este apasionante mundo que nos ofrece este género.
La escenografía cobra relevancia en un montaje lírico que hace un guiño a la gente joven con una inspiración basada en la serie Stargate ante la similitudes existentes entre ambas creaciones. El diseñador de vestuario y escenografía, Alfredo Troisi, define la producción como «pura fantasía», con una «escena llena de personajes fantásticos que por el mero hecho de atravesar el mágico umbral recorren distintas épocas, desde tiempos arcaicos a la Edad Media, desde el arte barroco hasta la contemporánea a Mozart, hasta llegar a seres procedentes de un futuro lejano imaginario». «Es como un cuento mágico, de ciencia ficción, de hadas, lo que nos permite acercarnos a un público más joven, a que la gente joven le pierda el miedo a la ópera y experimente», puntualiza Lainz. Esa evocadora escenografía se ve potenciada por un diseño de vestuario que requiere «mucha imaginación» y que para Lainz ha finalizado en un «trabajo brillante» desarrollado en una sastrería italiana.
Para armar la producción no hay que olvidar una selección de cantantes que llevó a los responsables de la compañía a realizar audiciones en ciudades como Milán, Sofía, Alicante, París o Madrid consiguiendo algo «nada fácil» como es el aunar en un mismo montaje a nuevos valores con voces ya consagradas en el mundo de la ópera. A ello hay que sumar el magnífico trabajo de la orquesta sinfónica de Ópera 2001, además de «un coro a la altura de lo que requiere esta ópera». El conjunto, el magnífico montaje diseñado y la brillante producción realizada ha permitido a la compañía cosechar éxito tras éxito, en París, en Burdeos o en numerosas ciudades españolas hasta completar un total de 35 funciones.
Una de esas funciones queda reservada para Pozoblanco, donde Ópera 2001 ya estuvo previamente con «Rigoletto» o «El Barbero de Sevilla» y donde promete seguir estando con sus próximos montajes. En el punto de mira, «La Traviatta», aunque antes la compañía lírica promete dejar sin palabras a quienes se introduzcan en el mundo mágico y de misterio que propone «La Flauta Mágica» de Mozart.
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