La mayoría de la que goza el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Pozoblanco bastó para sacar adelante las cuentas para el ejercicio 2019 ya que los grupos de la oposición, PSOE e IU, votaron en contra de los presupuestos presentados por el tándem formado por PP y Pe+, mientras que CDeI optó por la abstención. Esta vez no hubo reuniones previas para llegar a un mayor consenso y finalmente el equipo de gobierno hizo buena su mayoría absoluta para aprobar unas cuentas que superan los 19,5 millones de euros.
Fue el primer edil pozoalbense, Santiago Cabello, el encargado de defender el proyecto presupuestario al que catalogó de «un proyecto muy ambicioso, continuista y que garantiza los servicios municipales». Cabello destacó la baja de Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a «mínimos históricos», además de otras rebajas fiscales que influyen en la confección de un presupuesto para el que «no se va a tener que acudir prácticamente a la deuda pública y se trabajará casi en la totalidad con recursos públicos».
En el capítulo de inversiones, el alcalde destacó el plan de mejora de infraestructuras viarias con una dotación de 600.000 euros, otra partida para la conservación de 120.000 euros, además de proyectos que vienen de años anteriores como la remodelación de la Avenida Villanueva de Córdoba o el Mercado de Abastos. Las actuaciones en el alumbrado público y una mejora en la Casa de la Viga (50.000 euros) fueron otras de las actuaciones destacadas, además de una reforma de la cubierta de la piscina municipal por un valor cercano a los 500.000 euros y que se realizará con una subvención otorgada por la Diputación de Córdoba. Un apoyo que tuvo su continuidad con la intervención de sus socios de gobierno en una intervención, la del portavoz de Pe+, Emiliano Pozuelo, que se aproximó más a un balance económico del mandato que a la defensa pormenorizada de los presupuestos en cuestión.
Con todo, después de la defensa del primer edil, que también destacó la apuesta por la Marca Pozoblanco, el cambio en las subvenciones deportivas a primeros equipos y deportistas individuales -que vuelven a ser nominativas- o las políticas de juventud, llegó el turno de una oposición que vio de manera radicalmente opuesta el planteamiento presupuestario. Para el portavoz de IU, José María Moyano, se estaban debatiendo unos prepuestos «irreales» por contemplar una subida de 1,4 millones de euros con respecto a 2019 cuando «los ingresos son mucho más bajos». Moyano criticó también la inclusión de una partida de 15.000 euros para el proyecto de una futura residencia de ancianos por considerarla «insuficiente» y criticó que partidas comprometidas desaparecieran, como la de la cubierta de la pista exterior del pabellón, y ahora «se coloquen 60.000 euros para el entorno del campo de golf, que no sabemos lo que van a hacer». Además, criticó el incremento de algunas partidas como festejos, publicidad o la de los festejos taurinos.
El portavoz de CDeI, Benito García, aprovechó su turno para lamentar la «nula participación» y alegó que «cuando uno hace aportaciones para dar un voto afirmativo y luego no se hace nada de esas aportaciones entiendan que se quitan los ánimos porque nos sentimos ninguneados». García criticó que el equipo de gobierno «venda a bombo y platillo cuestiones que no están finalizadas» como la legalización de los polígonos y puso el acento sobre cuestiones que «se venden como un apoyo superior cuando se cuenta con la misma subvención que en años anteriores». El portavoz de CDeI finalizó recordando que «normalmente las cuentas se han tenido un mes antes y el no tener reuniones nos impide tener información precisa de algunas cuestiones». Con todo, por «coherencia» su formación no votó en contra.
El último grupo de la oposición que intervino fue el PSOE con su portavoz, Auxiliadora Pozuelo, estando de acuerdo en uno de los adjetivos que Cabello utilizó para definir el presupuesto, el de continuista. Pozuelo fue más allá y lo catalogó de un «corte y pega» desgranando partidas que reciben las mismas cuantías. La portavoz socialista criticó la subida en partidas como la de medios de comunicación asegurando que en 2018 los gastos en esa materia, dejando los medios públicos a un lado, ascendió a 170.000 euros «gastados en redes sociales y publicidad» apuntando que «se gastan prácticamente lo mismo que en políticas de juventud, es para mirárselo».
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