Largas colas de espera para hacerse con una tapa o ración de lechón frito, así podrían resumirse las diferentes jornadas de la Feria del Lechón de Cardeña, hasta donde llegaron ciudadanos de muchas localidades cercanas y no tan cercanas para degustar la especialidad de la gastronomía del municipio. Cada establecimiento hostelero o cada carpa instalada se llenó de gente mientras en las cocinas no había tregua y se trabajó a pleno rendimiento para sacar de manera continua platos de lechón frito, además de otras especialidades de la zona como el lomo de orzo o el chorizo de ciervo. Ni la bajada considerable de temperaturas, ni la intermitente lluvia fueron impedimentos para que la Feria luciera en todo su esplendor.
“Uno de los objetivos fundamentales de la Feria es impulsar la economía local y sin duda fiestas de este tipo son un revulsivo para la economía local y por extensión para la de la comarca”, expuso la alcaldesa de la localidad, Catalina Barragán. El repunte de la economía local pudo verse cumplido, pero también el turístico ya que fueron muchas las personas de diferentes puntos de la geografía española que se desplazaron hasta Cardeña destacando una delegación gallega conformada por más de sesenta personas.
Y es que, por primera vez, la Feria del Lechón de Cardeña nombró a un pueblo embajador de este producto recayendo ese honor en el municipio pontevedrés de Moraña. Este fue el motivo por el que los gaiteros, amenizando los días, se dejaron ver por las calles de Cardeña y también de que el lechón compartiera protagonismo con el pulpo traído de tierras gallegas con dos pulperías que registraron una importante demanda. Convivieron, de esta forma, insignias de la gastronomía de zonas tan diferentes como Los Pedroches y Galicia.
La promoción del producto estaba servida, aunque se vio reforzada con una amplia programación donde la Cofradía Gastronómica del Lechón Ibérico de Cardeña tuvo su protagonismo con la imposición de capas a nuevos cofrades que trabajan por “difundir las excelencias de nuestro pueblo a todos los niveles para conseguir dar actividad al municipio”, explicó Maribel García, presidenta de la asociación. Una Cofradía que en apenas un año ha pasado de 22 a 46 miembros y que cubrió de capas verdes la Feria del Lechón.
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