Con la consigna de «No al cierre de la Oficina de Caja Rural. ¡Torrecampo Vivo!» se ha desarrollado esta mañana la manifestación prevista en Torrecampo en contra de la decisión tomada por la entidad bancaria. A las once de la mañana se congregaban los vecinos respondiendo a la llamada lanzada desde el Ayuntamiento de la localidad. Concejales y vecinos recorrían los escasos metros que separan el Consistorio de la oficina que echará el cierre definitivo, si no hay cambios de última hora, el próximo 10 de enero.
A las puertas de esa entidad se procedía a leer el manifiesto institucional aprobado por el Ayuntamiento, dejando claro también que el único camino ante la pérdida paulatina de servicios es «la lucha conjunta» y por eso alzaba la voz la alcaldesa de la localidad, Francisca Alamillo, pero también el portavoz de la oposición, Francisco del Castillo y el diputado Juan Díaz. Durante el manifiesto se hacía hincapié en que «creemos que no pueden soslayarse los criterios de interés público en una decisión de este tipo, especialmente cuando la entidad es una cooperativa y creemos posible compatibilizar el interés de la Caja Rural del Sur y el de la ciudadanía de Torrecampo».
Como solución alternativa, desde el Consistorio se ha solicitado que la oficina no cierre totalmente y atienda a sus clientes uno o dos días a la semana, además de mantener el cajero automático. Sin embargo, las noticias apuntan a que la retirada de servicios sería total aunque se espera un viraje en la decisión ante la movilización ciudadana. «Se rumorea que como estamos recogiendo firmas y movilizándonos están valorando abrir dos días a la semana, así que seguiremos luchando, mientras haya vida hay esperanza», ha afirmado la primera edil que ha hecho hincapié en que «no nos vamos a quedar quietos, entendemos que es una empresa privada pero si nos quedamos quietos hoy es el banco y mañana será otra cosa, nosotros tenemos que luchar porque nuestros vecinos tengan sus prestaciones y servicios, que Torrecampo esté vivo», ha apuntado la alcaldesa.
Los vecinos se han sumado a estas quejas y en los corrillos se podían escuchar quejas que apuntaban a las formas mostradas hacia los clientes ya que las cartas anunciando esta decisión se recibieron el 26 de diciembre para un cierre previsto cinco días más tarde, aunque finalmente se ha aplazado hasta el 10 de enero. Ahora, los clientes de esa entidad bancaria tendrán que sopesar el cambiar de banco o el dirigirse hasta la oficina situada en Pedroche, a seis kilómetros de Torrecampo. Algo que indigna en una zona que escucha un cántico que se queda en lo superfluo contra la despoblación.
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