Aunque ya casi huele a pólvora y se atisba el polvo del camino, la Cofradía de la Virgen de Luna se detuvo en la noche del viernes en una parada obligatoria, la que ofrece cada año el pregonero. Quedó reservado ese papel para Antonio García Herruzo, cuyas razones para alzar la voz como pregonero dejó trazó Rafael García Herruzo durante su presentación, y se puso manos a las obras en una noche que comenzó recordando a Marcos Redondo. La coral que lleva su nombre interpretó varias piezas de la Zarzuela ‘Virgen de Luna’ que estrenó el barítono en los años 70 en el Cine Moderno de la localidad.
Estuvo muy presente la Historia, como no podía ser de otra manera, durante un pregón que se alejó de leyendas y mitos para adentrarse en la realidad de una «centenaria causa común». El contrapeso a los elementos históricos se cimentó en la presencia de la comarca de Los Pedroches, «la patria chica», así como en una reivindicación continua de aquella causa colectiva en la que a través de los siglos se han convertido las tradiciones en torno a la Virgen de Luna. Todos esos elementos los aglutinó el pregonero en un video con fotografías de Ismael Sánchez y con Antonio Arévalo poniendo voz al poeta Juan Bernier Luque. «El Valle de Los Pedroches entra por los ojos al viajero cuando desde Córdoba capital remonta hacia la sierra… Fácilmente corre la historia por este paisaje eternamente joven».
«La Romería es un poema sentimental con el pueblo como poeta anónimo que escribe sus versos heroicos», defendió García Herruzo para después estructurar su pregón en tres partes: Pozoblanco, fiel a sus ancestros; el camino romero; y la ermita vetusta y longeva. En esa fidelidad a los ancestros, el pregonero realzó los elementos significativos e identificativos como el tambor, el carro de la comida, el entronque de la tradición con la gastronomía, así como los protocolos no escritos donde los vecinos cuidan los detalles internos y externos para el recibimiento de la patrona. Los quintos, la semblanza de las siete villas primigenias y los aportes históricos de la constitución de Pozoblanco como villa independiente dejando a un lado la jurisdicción de Pedroche fueron algunos de los apuntes de carácter histórico.
El camino que realizarán el domingo miles de romeros fue el que trazó Antonio García Herruzo durante su pregón, con sus particulares compañeros de viaje, evocando a tiempos pasados no arrasados por lo mercantil, y defendiendo cada espacio como único por cuestiones que van más allá de lo sentimental y que se acercan a lo histórico. Con palabras de Jorge Manrique, con otras extraídas del libro «La dehesa de la jara» o con versos de Lope de Vega, el pregonero hizo paradas en el pozo de San Diego, en el pozo La Legua hasta llegar a otro icono romero como es la bandera, a la explanada de una ermita que acoge la idiosincrasia de una cofradía que «permite la supervivencia de la tradición de la Virgen de Luna entre generaciones». Por eso, el viva a la Virgen de Luna se hizo extensivo a esa cofradía.
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