Noche flamenca la que hubo ayer en Pozoblanco en uno de los rincones más emblemáticos de la localidad. La Costanilla del Risquillo fue el lugar elegido por la Peña Flamenca «Agustín Fernández» para que los alumnos de la Escuela de dicha peña temblaran sus nervios y se pusieran delante del público, al que gustaron y mucho.

Cuatro de los cuarenta alumnos de la Escuela se subieron a la escalinata de la Costanilla del Risquillo y dejaron constancia de su evolución a pesar del poco tiempo de aprendizaje, entre uno y dos años. Carmen Silveria  y Victoria Medrán de Dos Torres, Cristina Márquez de Pozoblanco y Francisco Gómez de Santa Eufemia fueron los cuatro alumnos encargados de demostrar su arte al cante y dar vida a una iniciativa que encontró su germen en la noche de ayer.

Estos jóvenes estuvieron acompañados a la guitarra Rafael Trenas, que tal y como indicó en la presentación del acto el responsable de la Escuela, José García Ledesma, «esta escuela no se entiende sin la figura de Rafael, profesor de cante y guitarra. Pero por encima de todo es un docente excepcional y una persona de gran calidad humana».

García Ledesma indicó que esta iniciativa llega «porque vemos espectáculos como la Noche Blanca del Flamenco de Córdoba y vemos que es bueno sacar el flamenco a la calle, además de potenciar la escuela de la Peña». «Queremos que la gente vea lo que hay dentro de la Escuela, hacerlo además en lugares emblemáticos de nuestra localidad y, si puede ser, pues que lleguen más aficionados a nuestra Peña», afirmó.

La Escuela es una de las apuestas de la Peña, por eso se valora de manera muy positiva darle la oportunidad a los más jóvenes para que «vaya soltándose». «Queremos que la gente se tenga en cuenta que el flamenco no es una música para personas mayores exclusivamente, sino que también son muchos los jóvenes que participan de él y lo engrandecen», finalizó el responsable de la Escuela.