La Casa de la Cultura de Torrecampo ha acogido en la mañana de hoy domingo un acto «contra la intolerancia» que tiene su origen en el robo de la piedra de la memoria que se colocó en la localidad en homenaje a Juan Romero Romero. Una piedra que fue colocada junto a otras cinco y que duró en su ubicación apenas unos minutos, tras una sustracción que fue denunciada ante la Guardia Civil. Un hecho, que además de ponerse en conocimiento de las autoridades, se ha denunciado públicamente en el acto celebrado hoy con la lectura de un manifiesto contra la intolerancia.
Leído por Cristina García, responsable de la Asociación Stolpersteine de Córdoba, el manifiesto ha puesto de relieve que «ayer volvieron del olvido seis torrecampeños que sufrieron el horror nazi. Sus nombres volvieron al pueblo que les vio nacer y sus historias, en pequeños cubos de hormigón y latón, quedarán grabadas en las aceras de nuestro pueblo. Un honor, un orgullo para Torrecampo y un alivio para sus familias, que durante años han anhelado que este momento llegara.
Pero ayer también se produjo un acto vil, cobarde e incomprensible para los demócratas. Intentaron borrar, otra vez, sus nombres, como lo hicieron los nazis hace 80 años. Esta vez robaron la historia de Juan Romero Romero, nos robaron a todos, porque su historia es nuestra Historia, una Historia que se ha querido mantener en el anonimato durante demasiado tiempo para que no supiéramos que esos hombres, que habían combatidocontra el nazismo, también lo habían hecho contra otro totalitarismo, el franquismo. Y, en los dos casos, para defender la libertad y la democracia.
¿Qué tipo de personas pueden llevar a cabo algo así? ¿Quién puede estar tan cargado de odio y fanatismo? La respuesta es fácil, alguien que no respeta los derechos humanos. Desde el Ayuntamiento de Torrecampo, la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba y la Amical de Mauthausen y otros campos, defendemos la convivencia basada en los principios de tolerancia y solidaridad, libertad y justicia, pluralismo y diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad, que favorezcan unaconvivencia en paz y democracia.
Asimismo, reafirmamos nuestro compromiso por erradicar todas las formas de intoleranciay denunciamos, alto y claro, que actos vandálicos como el de ayer son abominables. Que el fanatismo y la violencia no deben entrar en nuestras vidas, que nuestra sociedad debe alejarse de estos extremismos tan peligrosos y que el único camino es trabajar juntos para alcanzar una cultura de solidaridad, tolerancia y derechos humanos».
Después de la lectura del manifiesto las Jornadas de Memoria Histórica con la conferencia «Memoria de los deportados de Torrecampo a los campos de concentración nazis» a cargo de Cristina García Sarasa.
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