Con el alumnado de la etapa Infantil y de Primaria recién estrenando su vuelta a las aulas, el alumnado de Secundaria apura sus últimos días sin la rutina que marcan las clases. Un grupo en el que se encuentra David, un chico con parálisis cerebral que este año da el salto del colegio al instituto y que a escasos días de ese inicio de curso espera por parte de la Consejería de Educación la adecuación de un espacio que permita que este alumno acuda a clase en las condiciones y con los recursos que tiene reconocidos. Ese fue el compromiso de la delegación territorial de Educación, según narra la familia de David, el adecuar la antigua casa del guarda del centro escolar y que el IES Ricardo Delgado Vizcaíno, el único en Pozoblanco con aula específica para la etapa de Secundaria, contara con dos aulas de este tipo para poder atender a los siete alumnos que precisan de estos recursos por sus necesidades especiales. El compromiso no se ha cumplido y el curso arrancará con el centro teniendo que recurrir a un plan B, pero la familia de David no se va a quedar de brazos cruzados y denuncia esta situación.
María José, la madre de David, narra que ya durante el curso pasado, a sabiendas de que su hijo finalizaba la etapa educativa en el colegio Virgen de Luna, mantuvo conversaciones con responsables de la delegación territorial de Educación para saber qué ocurriría. A tenor de que durante el curso 20/21 el centro ya sobrepasaba la ratio de alumnos por aula específica, -la ratio es de cinco estudiantes-, con seis alumnos, desde delegación se indicó que se estudiaría el caso y un técnico evaluó las posibilidades del centro para acoger otra aula específica. Así, se determinó, según precisan fuentes del centro a este periódico, que la antigua casa del guarda pasaría a ser aula adaptada a las necesidades del alumnado. Una promesa que, de momento, espera a sortear todos los trámites necesarios para que comiencen las obras porque la casa del guarda, a dos días de que arranque el curso sigue siendo eso y David y sus futuros compañeros no podrán tener los recursos que por derecho les corresponden.
«Desde delegación me dicen que está aprobado, pero que le tienen que asignar las obras a una empresa y qué pasa ahora», explica María José que valora el esfuerzo del centro por haber habilitado otra clase para que el día 15 los niños puedan ir al centro escolar, aunque «es un parche y no la solución que nos prometieron», entre otras cosas, porque el aula habilitada por el centro como plan B no está adaptada al cien por cien para las necesidades del alumnado. «He llamado a todas las puertas, he hablado con varias personas de delegación y echan balones fuera. Eché la solicitud en el centro porque el compromiso era que en septiembre esa aula estaría habilitada y hasta ahora. No es justo», apunta una madre que no parará hasta que su hijo pueda ir a su centro escolar en las condiciones que tiene reconocidas y ante las que hay un compromiso político que ahora se alarga en el tiempo.
La problemática se extiende si se atiende a los recursos a nivel de personal que tiene el centro, que pasa de tener un aula específica a dos, pero que no amplía los recursos humanos para ello, sino todo lo contrario. De momento, la profesora de audición y lenguaje ve reducidas sus horas, pero es que el centro tiene asignada una única monitora para las dos aulas, a sabiendas de que David necesita una monitora con él constantemente. Desde el centro se explica que la respuesta de delegación es que «estos son los recursos que hay».
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