La noche del cine español por excelencia se siguió con especial atención en Pozoblanco. El triunfo de María José Llergo y su canción ‘Te espera el mar’ (Mediterráneo) que la llevó a alzarse con el Goya a Mejor Canción fue celebrado con especial cariño en su pueblo natal. Sin embargo, la ciudadanía pozoalbense ya ha visto de cerca con anterioridad el premio que otorga la Academia de Cine, el conocido como ‘cabezón’, porque el de Llergo fue el quinto Goya que gana un pozoalbense, los otros cuatro los aporta Pepe Cazorla Arévalo, un joven de 40 años del campo de la iluminación en películas de animación que atesora en su currículo cuatro estatuillas e incluso una nominación a los Óscars. Los dos jóvenes trazan la curiosa conexión de Pozoblanco con los premios cinematográficos más importantes de España y aunque Cazorla quiere dejar todo el protagonismo a la artista, con quien llegó a compartir escenario musical en el Pozoblanco natal de ambos, él es parte de esa relevante relación de la localidad de Los Pedroches con el cine.
Fue en 2009 cuando Pepe Cazorla logró el primer Goya, fue con ‘El lince perdido’ de la productora Kandor Graphics de la que formó parte entre los años 2006 a 2014. Solo tres años después de llegar a la productora de Antonio Banderas, el pozoalbense se hizo un hueco supervisando la iluminación de una película que se alzó con el Goya a Mejor Película de Animación. Bajo ese mismo sello repitió Goya un año después, esta vez a Mejor Corto de Animación, con ‘La dama y la muerte’, un corto que obtuvo también la nominación al Óscar de la Academia de cine de Hollywood. La última película relevante bajo esta productora fue ‘Justin y la espada del valor’, donde Cazorla siguió creciendo. Esos éxitos, su trabajo, su calidad, su meticulosidad y su buen hacer, le llevaron posteriormente a la productora y estudio de animación, ‘Lightbox Animation Studios’, con la que también ha fraguado una relación exitosa. En 2016, la película ‘Atrapa la bandera’ le daba su tercer Goya al ser elegida como Mejor Película de Animación, premio que repitió en 2018 con Tadeo Jones 2.
“La verdad es que he tenido mucha suerte, cuando yo empecé no había ni Youtube, ahora hay formación reglada”, explica Cazorla recordando que “me aficioné a esto a través de mi tío Antonio Arévalo, que es arqueólogo y utilizaba programas 3D para su trabajo”. Eso le llevó a estudiar el ciclo de Técnico Superior en Realización y arrancar su carrera en este mundo de la mano de la arquitectura elaborando proyectos en 3D, pero su camino estaba vinculado al mundo audiovisual y era cuestión de tiempo que llegar la oportunidad. “En Kandor aprendí mucho, se hacía todo de otra forma, ahora está todo más estandarizado, se ha evolucionado muchísimo”, afirma mientras relata que ahora mismo se encuentra inmerso en la producción de Tadeo Jones 3 como jefe de iluminación y fotografía. “Tadeo Jones es la película más taquillera de España, no deja de ser curioso, aquí tengo mi nicho y la pandemia también ha disparado este trabajo porque te da la oportunidad de trabajar para empresas de diferentes países”, narra desde Sevilla, ciudad en la que actualidad tiene su “oficina”.
Crecimiento profesional
Hace ya trece años que ganó su primer Goya y reconoce que “son unos premios que avivan la competencia, la sana competencia, al menos en mi sector”. Eso sin olvidar que “conoces a gente, que es importante que en tu currículo aparezca que has participado en una película reconocida porque eso te permite optar a puestos de trabajo mejores”. Tiene un profundo conocimiento de ese sector y por ello apunta que “la animación en España ha mejorado, pero no tiene nada que ver con lo que se hace en países como Estados Unidos o Canadá, donde se van muchos profesionales. Es verdad que el tener que trabajar con grupos más reducidos también te conduce a poder implicarte más en el proceso, a tener más responsabilidad”. Ahora, él es el encargado de formar esos grupos a los que supervisa para todo fluya en materia de iluminación.
Volviendo a los Goya, Pepe Cazorla no acaparó titulares como los de María José Llergo porque “al final yo formo parte de un equipo”, pero en su Pozoblanco natal sí que obtuvo su reconocimiento e incluso mostró uno de esos Goya, que a través de uno de sus hermanos acabó, precisamente, en manos de una jovencísima y todavía estudiante María José Llergo. Casualidades de la vida. Hoy ambos pueden presumir de haber escrito sus nombres en una lista extensa, pero reservada para unos cuantos privilegiados. Lo hacen, además, siendo embajadores de un Pozoblanco al que regresan y con el que celebran sus éxitos.
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