La foto que encabeza este artículo de opinión es de ayer. Dos personas mayores saludan a un tren que no paró en la estación de Villanueva de Córdoba-Los Pedroches, le dicen adiós como a tantos otros trenes, a tantas otras oportunidades perdidas. Al lado de esa imagen había otra, la de un escenario lleno de políticos que se sumaron a la reivindicación para que el tren pare en Los Pedroches, con sus banderolas, haciéndose eco de la voz del pueblo y no dejando escapar el tren de darse un baño de masas. Hay quien tiene la facilidad para no dejar escapar trenes.
Probablemente la de ayer sea una de esas jornadas en las que hay cosas que pasan a un segundo plano, pero para quien vive de observar hay ciertos aspectos que no se pueden quedar en el tintero. Es cierto que, probablemente, todo se desbordó y de ahí que se vieran ciertas imágenes un tanto chirriantes. El escenario que se improvisó en las inmediaciones de la estación de Villanueva de Córdoba se llenó de políticos, en su mayor parte socialistas, muchos de ellos con poco o nada que ver con una tierra de la que se han olvidado y se olvidan a menudo.
Era el momento de la comarca y, por tanto, de sus representantes. Los Rosa Aguilar, Antonio Hurtado o Juan Pablo Durán bien podían haber cedido su espacio a esos alcaldes que se quedaron en la sombra o a esos concejales que llevan luchando por esta causa bastante más que ellos. La situación se arregló en los instantes previos al concierto cuando fueron llamados todos los alcaldes de la comarca –quien no acudió estuvo representando por algún concejal- y tomaron la palabra. Allí siguieron los Aguilar, Durán y demás y quienes dejaron claro que desde la Junta y la Diputación se habían hecho los deberes. Ayer todo era positivo, todos llevan luchando por la estación año. ¡Cuánta falta de memoria! Hasta que llegó el alcalde de Hinojosa del Duque, José Fernández Nogales, y dijo eso de “esto no es la reivindicación de ningún partido político”. Por si alguien se había confundido con ciertas imágenes, cuanto menos curiosas.
Y de las palabras también se pudieron extraer conclusiones. Nadie habló de lo que va a hacer la Mancomunidad de Los Pedroches cuando finalice el plazo dado para que se abra la estación -concluye el 31 de julio– o de las próximas iniciativas para reivindicar la parada. Era una buena oportunidad, otro tren perdido de aunar un discurso y ser algo más contundente.
Congreso del Partido Popular de Pozoblanco o como cerrar filas
Las reflexiones de hoy también me han llevado a mirar con lupa el Congreso Local del Partido Popular en Pozoblanco. Me gustó ese cierre de filas alrededor de Baldomero García, me gustó el apoyo que se le dio desde Córdoba y es de alabar que el partido haya sido capaz de lavar los trapos sucios en casa, de no dar pábulo a rumores basados en realidades pero que han sabido tratar para que se convirtieran en un vendaval innecesario.
Esa fue la imagen del Congreso, la de unidad. Y también hay que destacar el tono de los discursos. Un tono que dejó entrever dos cosas. La primera que en el Partido Popular se tiene la esperanza de que el PSOE y Benito García vuelvan a caer en su propia trampa y su entrada en el gobierno pozoalbense sea imprescindible. De esa creencia creo que parte esa imagen de unidad, impuesta o no, pero escenificada y hasta creíble. La segunda, reconocer el error. Tanto José Antonio Nieto como Baldomero García reconocieron que se han cometido errores, que los dirigentes populares tienen que aprender y lo hicieron en un tono de total convencimiento porque esa es otra realidad que tampoco se puede ocultar.
La unidad y la humildad estuvieron presentes. Al César lo que es del César. Otra cosa es que quede en el aire si ese es el proyecto que el Partido Popular necesita para conseguir sus objetivos, teniendo en cuenta que muchos de los nombres presentes ya lo han intentando y han fracasado en su intento. Creo, y lo llevo haciendo mucho tiempo, que a este partido le falta ambición y adolecer de esa cualidad en política no suele ser positivo. Tiempo al tiempo.
¡Ah se me olvidaba! Me cuentan que la ausencia de alcaldes populares de la comarca en el Congreso de Pozoblanco no fue casual. Me dicen las malas lenguas que las relaciones entre Pozoblanco y Añora no andan muy allá -me refiero a la de líderes del Partido Popular en ambas localidad- y que esa relación, algo diluida, podría extrapolarse a más municipios de la comarca. Eso me dicen.
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