Pocas veces la apertura de una puerta tuvo tanto significado. La Semana Santa pozoalbense arranca en la Plaza de los Padres Salesianos y tras dos años de ausencia en las calles, el abrir de esa puerta, la de la iglesia de María Auxiliadora del colegio salesiano pozoalbense, conllevó una explosión de sentimientos incuestionable. Las palmas y ramas de olivos se dejaron atisbar en manos de hebreas y hebreos en una plaza llena de gente con ganas de reencontrarse con ese Domingo de Ramos.
Un día que no se entiende sin «La Borriquita» representando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Fue el momento más emocionante de la tarde, el abandono del titular del templo para echarse a unas calles que le esperaban con ganas a tenor de las imágenes que ha dejado ese Domingo de Ramos en muchos puntos del recorrido. Después de dos años, el día inicial de la Semana Santa volvió a oler a incienso y se escucharon las primeras marchas, las interpretadas por la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús de la localidad jiennense de Alcalá la Real, que acompañó a La Borriquita en su día más especial.
Entre los estrenos reservados para este año por parte de la Cofradía aparece la talla del respiradero trasero del paso, una imagen que volvió a lucir en su esplendor con túnica blanca y capa roja que ondeó con fuerza, la misma que demostró la cuadrilla de costaleros que se convirtió en en los pies del titular de la cofradía. El Domingo de Ramos significa alegría y se entiende como el inicio, pero esta vez se cargó también de reencuentros.
Y esas ganas que se viven de manera interna en las cofradías y hermandades se fusionó en la calle con la ciudadanía que demostró también sus ganas de Semana Santa saliendo a disfrutar del Domingo de Ramos y de la procesión de La Borriquita donde niños y niñas son los grandes protagonistas lo que carga de alegría una procesión que fue más emotiva que nunca. Ahora sí, la Semana Santa volvió a las calles y con ella la devoción, la fe y la tradición.
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