El Festival de la Grulla de El Viso cerró ayer domingo una nueva edición siguiendo las líneas que han permitido su desarrollo y crecimiento a lo largo de los últimos años, basándose principalmente en el respeto a la especie durante las actividades encaminadas a su avistamiento. De ahí parte otra de las características de todas las actividades, evitar los grupos excesivamente amplios que provoquen alguna molestia a las aves que se dejan ver en algunas zonas de Los Pedroches.
El entorno de La Colada fue escenario ayer de una ruta de senderismo que permitió el avistamiento de un nutrido grupo de grullas en busca del frío y el agua. Los asistentes pudieron disfrutar no solo con el avistamiento de grullas, sino que también de las curiosidades de esta especie y sus particularidades a través de las explicaciones del biólogo Pedro López, que con sus explicaciones ya adentra a los participantes en esta atractiva iniciativa.
Lo hace en cada una de las actividades programadas en torno al Festival de la Grulla, una de las más demandadas tuvo lugar en la jornada del sábado con el atardecer y el avistamiento de las aves cuando acuden a los dormideros. Es ahí cuando los sonidos de la naturaleza alcanzan otra dimensión y permiten adentrarse en un auténtico espectáculo. Sigue siendo, la ruta que se acerca al atardecer la «joya de la corona» del Festival y la que antes agota plazas. De ahí que para la próxima edición se sopese ampliarlo a una segunda jornada.
Pero lo verdaderamente interesante de este Festival es que consigue aunar la parte didáctica con su proyección en la naturaleza a través de esas rutas interpretadas y lo hace partiendo de la necesidad de respetar el hábitat natural, en este caso, de las grullas. Este año también lo hizo con grandes y pequeños disfrutando, de nuevo, del paso de las grullas por Los Pedroches.
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