La Cooperativa Olivarera Los Pedroches (Olipe) se ha caracterizado en los últimos años por su apuesta por la innovación y abrir nuevos campos que vayan más allá de la agricultura tradicional para obtener una mayor rentabilidad en los olivares de sus socios. De ahí nació la apuesta por la agricultura ecológica, aunque hace unos años el expresidente tristemente fallecido Juan Antonio Caballero puso sobre la mesa avanzar algo más y buscar certificaciones en agricultura biodinámica.
Se trata de un tipo de agricultura con un enfoque holístico en la que la vitalidad es la prioridad, encontrándose su origen en las conferencias impartidas por Rudolf Steiner en 1924. Manuel Valero, técnico de la cooperativa pozoalbense, apunta que «es una agricultura especial en la que se trata de integrar los diferentes elementos que actúan en las fincas, es decir, los animales, las plantas y el hombre, buscando siempre un equilibrio ecológico conservando la biodiversidad y, sobre todo, conseguir unos alimentos vitales, que nos aporten vida». Una de las características diferenciales de este tipo de agricultura es que no se utilizan únicamente los elementos naturales, sino que también entran en juego los ritmos cósmicos que se ejercen sobre las plantas, los animales y el hombre.
Juan Antonio Caballero consiguió hacer un pequeño grupo con unos doce socios, un grupo que ha ido creciendo a lo largo de los años hasta la actualidad, cuando están certificados o en proceso de conseguir la certificación veintiséis socios que acumulan 600 hectáreas bajo la agricultura biodinámica. Juntos comenzaron a trabajar de manera conjunta y así continúan, acudiendo a formaciones y demás cuestiones necesarias para evolucionar en este campo de la agricultura. Otra de las curiosidades que aporta es que hay que tener en cuenta el calendario lunar.
Uno de los socios que apostó por explotar su olivar bajo este tipo de agricultura es Jesús Fernández, del Olivar de La Luna, que ya tiene 54 hectáreas certificadas desde el año 2019. «Nuestra filosofía es elaborar todo lo posible dentro de la propia finca, y ahora hacemos diferentes preparados y el compost lo estamos aportando nosotros mismos. Comulgamos con la idea de que la explotación sea una unidad, el propio cultivo, en este caso el olivar, los animales y los ritmos de la naturaleza».
Mejores explotaciones
No se trata solo de aplicar estas cuestiones, sino que esta apuesta consigue diferenciar los productos y mejorar las explotaciones en torno a un 30-40 por ciento, según apuntan algunos socios de Olipe que han optado por la agricultura biodinámica. En este sentido, Jesús Fernández señala que «nos ha devuelto la ilusión de ser agricultores, una actividad que hoy tiende a deshumanizarse».
«Te permite crear un producto diferente que alcanza un valor añadido en el mercado y dotar de rentabilidad a estos olivares que apenas gozan de esa característica», prosigue, hablando de un aumento de rentabilidad que también ve como «un revulsivo para la comarca de Los Pedroches, como en su día lo fue la agricultura ecológica».
Con esas opciones sobre la mesa, desde la cooperativa Olipe se apuesta por aumentar las hectáreas dedicadas a la agricultura biodinámica y, por ello, recientemente organizaron unas jornadas técnicas donde responsables de la cooperativa expusieron las características, los beneficios y los requisitos para comenzar a cultivar bajo este tipo de agricultura y alcanzar la certificación, un paso posterior que tiene casi una treintena de socios.
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