Por Servicio de Atención de la Ciudadanía (ASNC)
Si en algún momento ha decidido viajar a países tropicales, es necesario tener en cuenta una serie de normas fundamentales. Debemos tener muy presente que nos enfrentamos a entornos y climas que nada tienen que ver con nuestro hábitat cotidiano. Incluso, podríamos afirmar que nuestro organismo necesita, en algunos casos, una cuantas ayudas para prevenir ciertas enfermedades, por ejemplo por la vía de la vacunación. Para no tener sorpresas desagradables, después de la llegada al país de destino, es fundamental, en el periodo de preparación del viaje, visitar al médico de cabecera o el Centro de Vacunación Internacional más cercano. Nos indicarán las vacunas necesarias, información sanitaria sobre el país elegido y nos proporcionarán consejos prácticos para que nuestra estancia sea lo más placentera y sobre todo segura.
En primer lugar no debemos de olvidar, en esas zonas, la intensidad del sol y las temperaturas muy elevadas que pueden ser causa de insolación o deshidratación. La protección debe ser máxima en todas las horas del día.
Capítulo aparte son los insectos y sus picaduras. Algunas enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla o el paludismo se transmiten a través de la picadura de los mosquitos. Por esa razón es imprescindible seguir al pie de la letra una serie de consejos. Teniendo en cuenta que los mosquitos pican habitualmente entre el anochecer y el amanecer, es importante, al salir por la noche, llevar ropa de manga larga y pantalones largos, evitando los colores oscuros que suelen atraerlos. En la habitación utilizar mosquitera impregnada de permetrina o deltametrina para así alejar estos insectos molestos (y peligrosos) durante el sueño. Y por fin, llevar siempre un repelente de insectos, específico para la zona tropical visitada.
En lo que se refiere al capitulo de la ropa a utilizar durante la estancia en cualquiera de esos países, debe ser cómoda y, en la medida de lo posible, de fibra natural. El calzado siempre muy cómodo y bien ventilado para evitar los hongos. Después de lavar y secar la ropa (si se ha hecho al aire), debe ser planchada con mucho calor. Y comprobar siempre tanto la ropa, el calzado, como las sábanas, ya que a veces podemos encontrar insectos ocultos.
Es necesario llevar un botiquín de primeros auxilios, con algún desinfectante, material de cura, antidiarreico y antihistamínico. Para el viaje, si este supera las dos horas, utilizar calcetines o medias de compresión normal para así evitar el síndrome de la clase turista en el avión.
Capítulo importante será lo referente a las bebidas y a la comida. No debemos olvidar que una serie de enfermedades (cólera, fiebre tifoidea o hepatitis A) se transmiten por el agua y los alimentos contaminados. La fruta debe ser pelada o lavada con agua tratada con lejía. Las verduras y carnes deben ser suficientemente cocinadas. Debemos tener un cuidado especial con la repostería y los derivados lácteos que no estén bien higienizados, y beber siempre agua o bebidas embotelladas.
A todos estos consejos, solo añadir que deben tener un especial cuidado en este tipo de viajes los ancianos, las embarazadas y, si llevamos algún niño, las precauciones deben extremarse.
Teniendo en cuenta estos consejos básicos y prácticos, solo nos queda desear una feliz estancia y el máximo aprovechamiento de un viaje seguramente único, que dará a conocer al turista otras culturas, otras costumbres que también pertenecen a este inmenso mundo.
RECUERDE:
- PREPARAR EL VIAJE CON TIEMPO Y VISITAR AL MEDICO DE CABECERA PARA LAS VACUNAS
- CUIDADO CON LOS INSECTOS
- LLEVAR SIEMPRE ROPA COMODA Y CALZADO BIEN VENTILADO
- MUCHO CUIDADO CON LA COMIDA Y LAS BEBIDAS.
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