Cualquier revista que se precie tiene unos cuantos saludas en el que las autoridades correspondientes vienen a deleitarnos por su «apuesta» por el tema que se trate. En el caso de las revistas deportivas esta apuesta, evidentemente, es por la práctica del deporte. No voy a poner en duda que desde el Ayuntamiento de Pozoblanco se hagan esfuerzos para que los diferente clubes y escuelas puedan desarrollar sus respectivas actividades. Lo que sí pongo en duda es que en el Consistorio se hayan planteado que la realidad que hoy en día existe en cuanto a la práctica deportiva no es la misma que la de hace unos años y que las necesidades, ante la proliferación de disciplinas, se han incrementado. No hablo de temas económicos, hablo de lo más esencial, de instalaciones que permitan a los clubes dar cabida a todos sus equipos. Veamos los antecedentes.
Esta tarde, a partir de las ocho, los responsables del Fútbol Sala, Balonmano y Baloncesto se reunirán para el reparto que cada año toca hacer de las pistas cubiertas, es decir, del Pabellón Juan Sepúlveda y de la Caseta de la Juventud. Empezarán los encajes de bolillos que cada año se tienen que hacer para encajar unas piezas que empiezan a ser demasiadas y que obliga a algunos clubes a «mendigar» instalaciones por la comarca, con el consiguiente gasto que ello conlleva, ya no solo de alquiler, sino de gasolina y el riesgo que siempre conlleva salir a la carretera.
Desde años y desde algunos clubes se viene exponiendo esta problemática a los responsables del Consistorio pozoalbense. El Pabellón se queda pequeño para dar cabida a los numerosos equipos que suman los tres clubes antes mencionados y por ello se derivaron entrenamientos a una Caseta de la Juventud que son más los días que no se puede utilizar que los que se puede hacer uso de ella. La Feria, el Factory, la Feria Agroganadera, las Jornadas de Covap son algunas de las actividades -y hay muchas otras- que impiden que los entrenamientos se puedan llevar a cabo con normalidad. ¿La solución? Pues compartir pista, pedir favores, dejar simplemente de entrenar y romper, en consecuencia, el ritmo de entrenamientos de los equipos en competición.
Evidentemente que las cosas no están para pedir inversiones, pero esa excusa no nos va a valer siempre y el Ayuntamiento de Pozoblanco tiene recursos para paliar esta deficiencia de instalaciones deportivas. Veamos algunas de las posibilidades. La Caseta Municipal -que se utiliza más bien poco que mucho- podría reconvertirse en una cancha de entrenamiento, una idea que se contempló en la concepción inicial de esta infraestructura; el Pabellón Multiusos situado en los aledaños de la Caseta de la Juventud también estaba concebido para servir para tal fin o las pistas exteriores del Pabellón Municipal podrían cubrirse para tener otra cancha que utilizar durante todo el año.
Todas estas soluciones se han puesto, me consta, sobre la mesa de no solo un concejal de deportes, sino de varios y la respuesta siempre es la misma, entre el no se puede, el se barajará o las largas directas. Alguna toma de decisiones están llegando a límites que están haciéndose plantear a muchos directivos el tomar decisiones algo más drásticas porque es una incoherencia que se «apueste» por algo cuando lo más básico para su cumplimiento, las infraestructuras necesarias, escasean y de qué manera. Y puestos ya a mirar algunos detalles, tampoco estaría mal que algunas de las instalaciones que pueden utilizarse -Caseta de la Juventud- cumplieran unos mínimos de seguridad en la pista y si no que se lo pregunten a quien haya pegado algún que otro batacazo.
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