La primera pregunta de esta entrevista coincide con la que Raquel Castro hizo cuando conoció su designación como pregonera de la Virgen de Luna 2024. La necesidad de conocer los porqués ante una noticia inesperada. Las razones son convincentes y su determinación mucho más. Encontró la respuesta frente a Ella, a la que ha buscado en algunas ocasiones durante estos meses, en busca de la inspiración, como lo hace en su día a día en busca de otras respuestas o como un simple encuentro para aligerar el alma. Después de esta entrevista se puede esbozar un pregón donde la familia, la emoción, la mujer y la juventud estarán muy presentes.
Pregunta: Quizás esta pregunta debería hacérsela a la cofradía, pero seguro que te la has hecho. ¿A qué crees que se debe que seas la pregonera de la Virgen de Luna?
Respuesta: La verdad es que me sorprendió bastante porque cuando vamos a pregones vemos en el atril a gente más experimentada, gente de mayor edad. Cuando me llamaron no daba crédito y pregunté, ¿por qué? Me dijeron, entre otras cosas, que porque era mujer, madre y joven. Quería que fuera un poco la voz del cambio que iban a vivir y eso fue lo que más orgullo me provocó.
P: ¿Qué crees que puedes aportar fuera de esos tres conceptos?
R: Soy una persona muy emocional y creo que mi pregón, no sé si por las circunstancias que he vivido, se basa en eso, en tocar las emociones y creo que toda persona que vaya esa noche se irá de una forma diferente. Al menos eso es lo que creo que puedo provocar.
P: ¿Qué significa la Virgen de Luna en tu vida? Pregunto por las dos vertientes, la religiosa y la puramente relacionada con la tradición.
R: Para mí si tengo que definirlo con alguna palabra es familia. Desde pequeña me metieron casi en vena esta tradición y es verdad que podía haber no seguido con esto o haber mirado para otro lado, pero en mi familia me lo supieron transmitir de una manera tan especial y tan importante. Valoro mucho la familia, el juntarnos, el compartir y creo, que lo que es la tradición, es eso. Sí, si hablo de tradición es familia y el transmitir de generación en generación. Luego la Virgen de Luna en sí es todo, es mi sostén diario, cuando tengo algún problema me subo al coche y voy donde esté, necesito ese rato de conexión.
Hilando esa parte familiar cuenta que “mi bisabuelo fue hermano de la Virgen de Luna, fue mi abuelo y se podía haber cortado ese vínculo aquí porque mi abuelo solo tenía una hija. Sin embargo, supieron transmitírselo a mi padre, por eso digo que la transmisión de generación en generación es muy importante. Y en mi casa ha sido igual, supimos transmitirle a mi marido ese amor por la cofradía, no solo por la Virgen, sino también por las tradiciones”. De esos recuerdos le queda ver a su abuelo comer con sus hermanos, aunque ya no vistiera como tal. Y de este momento recordará que mientras gestaba exteriormente un pregón, en su interior se gestaba el inicio de otra Luna.
P: ¿Y cómo se vive un día de Romería en la casa de Raquel Castro?
R: Nos levantamos muy temprano, desde pequeña, todos tenemos un papel ese día. Nos levantábamos pronto para prepararnos, hacemos la preparación del hermano, el momento más especial es cuando se pega el primer tiro. Ese primer tiro lo hace la mujer junto con su marido o con su padre, en mi caso primero fue mi madre pero luego cogí yo el testigo. Pegas el tiro y dices, vamos a por nuestra madre, aparece esa mirada cómplice. Ahora lo hacemos también en casa. Luego ya nos reunimos toda la familia en una parte del pueblo para irnos juntos, coger sitio allí, vemos a la Virgen, asistimos a la Eucaristía y luego ya vienen las risas, el compartir, el vivir y el sentir.
P: Esa transmisión me supongo que la haces ahora a tus hijas. ¿Se vive todo de forma diferente?
R: Sí, es verdad, lo transmitimos. Cuando eres madre te tienes que sacrificar, llevo nueve años sin hacer el camino, desde que me quedé embarazada de mi primera hija. Tuve que dejar de hacerlo por cuidarlas, por estar con ellas, también falleció mi abuela y opté por el papel de acompañar a mi madre. Este año quiero volver a hacer el camino y eso también lo transmito a mis hijas, el sacrificio que conlleva ser familiar de un cofrade. Ese día no lo vivimos como cualquier persona, no podemos comer con papá, no podemos estar mucho tiempo con él y luego la importancia de asistir a todos los actos. A todos, desde el tambor hasta la Eucaristía porque hay que anunciar que viene la Virgen de Luna.
P: ¿Cuál es para ti el momento más especial de la Romería?
R: Cuando sale la Virgen de Luna del santuario suelo emocionarme muchísimo, me acuerdo de las personas que ya no tengo a mi lado, sobre todo, de mi abuela y de mi suegra. Ese momento es el que llevamos esperando, sé que el camino va a ser especial, va a ser duro para quienes lo hacen y para quienes nos quedamos sin poder hacerlo, pero ya empiezan los nervios, ya está más cerca de Pozoblanco.
P: Lo has mencionado antes, pero era pregunta más que obligada y la verdad es que estoy encantada de poder hablar esto contigo. Vas a ser la pregonera de la Romería de la mujer porque este año la entrada de la primera mujer como hermana es la noticia. No sé si para ti este hecho es importante y que seas partícipe de una manera muy especial en un año tan destacado.
R: La verdad es que es admirable y lo es porque cuando hablamos de desigualdad o de machismo vemos que las tradiciones son un obstáculo para ese avance. Sin embargo, aquí no, están siendo ejemplo de esta lucha por la igualdad, además creo que no ha sido una lucha, sino que se ha decidido abrir el camino. No había surgido ninguna polémica a este respecto y ahí está lo admirable de todo esto. El ser la voz de este cambio me enorgullece muchísimo.
P: Ahora toca centrarse en el pregón. Me gusta preguntar siempre sobre cómo se ha escrito el pregón, pero en lo más elemental, ¿a mano, en ordenador?
R: Mira ha sido un año difícil para mí. Cuando me lo propusieron estaba inmersa en la realización de un Trabajo Fin de Máster (TFM) y estaba muy agobiada. Lo que hacía es que cuando me surgía una idea me grababa en las notas de voz del móvil y luego, a partir de ahí, cuando ya me senté lo hice a partir de ahí y todo escrito a ordenador. Nunca he tenido esa libretilla que tiene todo el mundo.
P: ¿Se ha resistido mucho, ha costado?
R: Me ha costado, sobre todo, el pensar en octubre-noviembre en los sentimientos que yo vivo en febrero, era algo atípico. Empezábamos a escuchar sevillanas y luego villancicos cuando yo en casa estaba escuchado al Coro Romero o a Antonio de Pozoblanco, era encontrar el camino para plasmar algo que a mí en febrero me sale solo. Ese proceso ha sido complicado y centrarme con todas las circunstancias que estaban pasando en mi vida. Eso ha sido lo más difícil. Luego lo considero como un regalo porque nunca me había parado a pensar, reflexionar y valorar qué significa para mí todo: el camino, la romería, el que mi padre o marido sean hermanos de la Virgen de Luna… Todo eso, el reflexionar y sentirlo ha sido un regalo.
P: Me has dicho que buscas a la Virgen de Luna en muchos momentos de tu vida. ¿Has ido a su encuentro durante este proceso?
R: Sí, desde el minuto uno. Me dijeron un jueves a las 22:30 horas que había sido elegida, tenía que contestar al día siguiente y lo primero que hice fue ir a Villanueva de Córdoba. Allí me derrumbe porque me sentí muy pequeña para tanta responsabilidad, pero no podía decirle que no, más aún teniendo una Luna dentro. La primera vez la busqué ahí, luego he ido en varias ocasiones, la última fui sola al santuario y estuve un buen rato diciéndole muchas cosas que quería explicar en el pregón y encontré un poco de reflexión, consuelo.
P: La responsabilidad pesa, eso seguro. Pero más allá de eso, ¿crees que esas tres razones que te dieron, mujer, madre y joven, quedan reflejadas? ¿Crees que tu pregón cumple las expectativas en este sentido?
R: Espero, además son las tres palabras en las que he querido basar mi pregón. Lo hago como hija de nuestra Madre, lo he basado en la importancia del cambio e inclusión de la mujer y también he plasmado lo que creo que falta con la juventud, la responsabilidad que tenemos con los jóvenes y que tienen ellos de seguir con estas tradiciones. La cofradía cada vez es más mayor y necesitamos ese cambio generacional.
P: Es curioso porque en las cofradías de Semana Santa no pasa.
R: Creo que es porque en las cofradías ha habido más adaptación a los gustos de la juventud, a las nuevas formas de entender las cosas, en este caso, tenemos que hacer algo más de hincapié. Hay que llenar el Arroyo Hondo de jóvenes, no solo de niños y personas mayores, tiene que estar la juventud. Es verdad que se están haciendo muchos cambios, pero necesitamos a la gente joven.
Se atisba por sus palabras que en ese esbozo de pregón donde la familia es el pilar, también se dirán cosas que van más allá de las emociones. De momento, solo su marido, que será también su presentador por el “equipo que formamos en esto de enseñar y transmitir esta tradición”, ha escuchado retazos de un pregón que no quiere desvelar en su totalidad a nadie hasta el día 2 de febrero, cuando haga suyas las tablas del teatro ‘El Silo’. Habrá música, aunque no en directo, y una sorpresa que será así hasta esa fecha. Le queda la duda de si el pregón será diferente, pero ha sentido por el calor recibido que “la gente esperaba algo diferente”. Un calor que ha sentido, como no podía ser de otra forma, en el hogar, en familia, que “lo están viviendo como un regalo, hemos vivido muchas experiencias y esta nadie nos la planteamos. Un regalo más que nos da la Virgen y la cofradía”.
P: Y entre esos regalos, ¿cuáles recuerdas con especial cariño?
R: Recuerdo cuando falleció mi abuela. Cuando lo hizo mi abuelo mi madre no tuvo la fuerza para quedarse y nos fuimos fuera de Pozoblanco y fue mucho más duro que el haber estado, creo. Vivir la primera romería sin mi abuela fue difícil pero fue especial, a mi madre y a mí eso nos unió, esa mirada con la que nos dijimos todo sin hablar. Lo recuerdo como algo muy especial, al igual que cuando mi marido juró bandera y esa mirada de orgullo compartida con mi suegra también fue muy especial.
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