¿Ahora? Ahora queda la calle. Queda eso después de un certamen que volvió a dejar las coplas más canallas, más ácidas y críticas. El certamen de Carnaval vivió un nuevo episodio con cuatro agrupaciones y esto fue lo que dieron de sí las actuaciones en el Teatro ‘El Silo’.
Abrió el certamen la chirigota ‘El Grifo’ con su propuesta ‘De cordobés a cordobés’ con el ferial y Maradona de fondo y los compases del ‘Soy cordobés’ arrancando la presentación. Presentación, más que nunca, dando forma al tipo y que arrancó los primeros aplausos del teatro ‘El Silo’. Luego, en el primero de los pasodobles sacaron a relucir a los “superhéroes” en los que se han convertido esos abuelos que acuden al colegio o al parque para estar con sus nietos. Censura a aquellas malas lenguas que los tachan de malcriar porque en realidad esos abuelos “darían la vida” por sus nietos.
La chirigota, que estuvo en la final del COAC de Córdoba, cantó uno de los pasodobles que paseó por la capital cordobesa y en la que trató de hacer visible la falta de agua potable en Los Pedroches y el Guadiato. Unas garrafas de agua que no hacen alusión “ni a la Argentina, ni al Tercer Mundo” y un final que deja atrás que Pozoblanco sea el pueblo más feliz de Andalucía cuando es el “más cabreado”. El tercero de los pasodobles aludió a la violencia machista con críticas al Ejecutivo de Pedro Sánchez y una ley que “ha puesto violadores en la calle”.
En la tanda de cuplés, la chirigota le cantó al acento argentino y la intensidad, así como al caso de Luis Rubiales y la contaminación de La Colada, aunque tirando de mucho humor. El popurrí fue una secuencia de cuarteta con diferentes temáticas con músicas conocidas que provocaron que el público no perdiera comba.
‘Este año son todo urgencias’
La segunda chirigota en aparecer en el escenario fue la de ‘Los Batallitas’ con ‘Este año son todo urgencias” haciendo un guiño a su tipo del año pasado. Después, sobre las tablas unos médicos muy especiales que hablaron de una ampliación de Urgencia sin sentido ante la “falta de especialistas”, al igual que criticaron con mucho humor la tardanza en las citas. El alcalde, Quevedo y la falta de agua potable sirvió para presentar a unos especialistas que empezaron a entonar letras pegadizas como “en carnavales dios nos asitas que están de guardia los especialistas”.
“Este veneno que tengo desde pequeño y que saco por febrero” protagonizó el primero de los pasodobles, ese veneno que quizás nadie entienda pero que el autor reivindica porque “lo hago para mi gente y mis amigos, yo no compito en carnavales, siento que cuando canto mi madre está conmigo”. Segunda letra para los más de veinte años de una agrupación que ha tenido que capear “la censura” de izquierda y derecha y que tira de las orejas a los políticos de turno porque “el carnaval es la voz del pueblo y seguís sin escuchar, dejad en paz a mi fiesta”. Una letra que la chirigota remató recordando que “llevamos once meses sin tener agua potable”.
Esa misma frase utilizaron para otra letra que empezó con crítica a Pedro Sánchez “por regalar perdones a vascos y catalanes” y olvidarse de una Andalucía que no entra en los planes del “gobierno de Madrid”. Variedad en la tanda de cuplés, que cambiaron la estructura habitual, y donde se colaron temas como el riego “de los adoquines” en lugar de los jardines, otros que tiraron del tipo, e incluso alguno donde este periódico tuvo su cabida como “oposición”, junto a otros, del actual equipo de gobierno. Luego, en el popurrí, el tipo fue fundamental y aquí entró más en juego la política local con varias referencias al alcalde de la localidad y su “afición” por las fotos.
Tras esta actuación, la Asociación de Carnaval entregó sus primeras insignias reconociendo a dos personas vinculadas al Carnaval de Pozoblanco desde hace décadas: Remedios Bajo y Pedro Torrico, ‘El Chucho’.
‘Una chirigota de fábula’
La única chirigota de nueva creación actuó en tercer lugar, ‘Una chirigota de fábula’, con letra de Juan Bautista Escribano, música de José Luis Ballesteros y componentes “repescados” de varias agrupaciones. La presentación contó la fábula de la sequía y la falta del agua potable y la búsqueda de culpables para acabar dejando claro que “entre todos los mataron y él solito se murió”.
La reminiscencias de esos componentes, las voces, así como la autoría de letra y música, quedaron a las claras desde el primero momento, con pasodobles más cercanos a la comparsa que a la chirigota. La primera letra fue para “tender puentes” entre el mundo de la Semana Santa y el Carnaval entendiendo que hay espacio para todos en las calles y que el carnaval “no dicta sentencia” y bajo el paso y disfraz vive “un mismo ser humano”. El segundo pasodoble fue mucho más duro e invitó a los políticos que no se “embarran” por los suyos a irse a su “puñetera casa”.
Los cuplés fueron estrictamente locales, muy locales, con cera para el Ayuntamiento y su máximo responsable, Santiago Cabello. Desde una feria que pareció pillar “desprevenidos” a todos porque “quién se imaginaba a que iba a caer en septiembre” hasta el trato a los mayores que llevan a que “mientras comen y beben no piden la residencia”. La “omnipresencia” del alcalde también se llevó su letra, así como el caso del joven que supuestamente cobró sin trabajar con hasta dos cuplés. Bonito colofón para un estribillo que reparte agüita para todos y que eso provoca que el agua no llegue a Los Pedroches.
El popurrí es de esos que toca escucharlo alguna vez más para tomar nota y también para disfrutarlo en toda su extensión y esencia. El colofón muy bonito, invitación a vernos en la calle pero también para seguir en la lucha «por lo nuestro». «Salir de la madriguera», a eso invitó esta chirigota dejando claro que la lucha en la calle es algo más que febrero, es la del día a día. Y al final, una petición: agua ya.
‘El camino de Santiago’
El final de la noche fue para ‘El camino de Santiago’, unos peregrinos que esperar llegar “a la tierra prometida de los ancianos”. “Hay gente que se va Lourdes en busca de Dios y su gracia, pero yo voy buscando al Santi y a la Anastasia”, así se presentaron unos peregrinos para los que su religión “no tiene un dios, tiene dos”. Presentación muy al tipo donde también hay espacio para una gente joven a la que “están muriendo de aburrimiento”.
En el primer pasodoble, la chirigota señaló a un Ayuntamiento donde “todo se improvisa y se hace deprisa” menos anunciar el cartel de toros, para rematar pidiendo que la cultura vuelva a ser lo que era porque “la cultura en mi pueblo está muerta”. La segunda letra ahondó más en lo que se defiende en la presentación, en no olvidarse de una juventud a la que hay que cuidar si no queremos que se conviertan en “peregrinos” traducido como “emigrantes”, eso después de hacer una lista del “trato de honores” que se da a los mayores.
En los cuplés salió el agua potable, la falta de aparcamientos en el centro de Pozoblanco, así como el “malentendido” entre la propia chirigota y el alcalde a cuentas de un cuplé del año pasado. El estribillo lo rematan con “al Santi, al Santi le importa todo un pepino”. En el popurrí siguen estirando el tipo cerrando con “nuestro apóstol Santiago” y relatando también los milagros de Santiago.
¿Ahora? Ahora queda la calle.
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