Hasta la fecha no se había pronunciado públicamente más allá de su intervención en pleno ordinario del mes de enero, pero Gerardo Arévalo ha roto hoy esa dinámica. El concejal, tras ser cesado y luego expulsado del equipo de gobierno, ha contestado a la nota de prensa donde se informaba de dicha expulsión con un comunicado donde ofrece su versión de los hechos. Si la nota de prensa rubricada por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Pozoblanco era dura, no lo es menos la firmada por Gerardo Arévalo.
Llegados hasta el punto y con telón de fondo el caso del joven que cobró sin tener un puesto de trabajo asignado, el equipo de gobierno incidía en que Gerardo Arévalo era conocedor de este caso de manera previa porque asesoró «en sus escritos al trabajador afectado», el ex concejal de Personal matiza esa afirmación. «Nunca he tenido relación directa con el empleado, ni encargo profesional suyo ni retribución alguna por su parte. Jamás ejercí como su abogado a diferencia de lo que afirma el alcalde en una reciente nota de prensa. En este momento, insto a Santiago Cabello a que me autorice a revelar todos los mensajes, correos y conversaciones sobre este tema para que de verdad se aclare el asunto», apunta.
«Santiago Cabello tenía conocimiento de que este trabajador estaba cobrando sin ir a trabajar, al menos desde enero de 2023, pese a que él negó conocer estos hechos cuando saltaron a la luz pública», dice también el comunicado. «El alcalde me ha culpado de unos hechos de los que solo él es responsable. Todavía Santiago Cabello no ha aclarado por qué se contrató al hijo de su secretaria y por qué no ha reclamado que este devuelva el dinero cobrado del Ayuntamiento», asegura Gerardo Arévalo.
El comunicado prosigue afirmando que «el alcalde asegura que hizo tres requerimientos al área de Personal para que se buscara una solución al hecho de que este trabajador estuviera cobrando sin trabajar. Afirmación rotundamente falsa. Tampoco ordenó que se le diera a éste una función y unas tareas que realizar. Cabello permitió el cobro durante todo este tiempo, de hecho, firmó todas las nóminas y ordenó los pagos al hijo de su secretaria». Por contra, incide en que él sí instó a que había que pedirle al empleado las cantidades percibidas, algo que refrendó «hasta en siete ocasiones» por escrito reflejando en el comunicado todas las fechas en las que registró esos documentos.
Una vez dada su versión sobre este punto, Gerardo Arévalo coincide con el primer edil que «yo no desvelé este caso» y asegura que era conocido por «casi todo el Ayuntamiento» para a continuación precisar que «lo único que he hecho como concejal de Personal es intentar reconducir estos hechos hacia la legalidad, pero el alcalde se ha negado y por ello me han señalado y cesado». Gerardo Arévalo finaliza las referencias a este caso apuntando a que «Santiago Cabello presida una comisión para investigar su propia irregularidad es muestra más que evidente de su cinismo. Todos sabemos qué resultado tendrá esa comisión. Si él mismo se investiga por lo que acaba de hacer unos meses antes, difícilmente se podrá llegar a un resultado correcto. Es la forma más grosera de eludir sus propias responsabilidades. Trata de cambiar la realidad sin escrúpulos en su propio beneficio, caiga quien caiga».
Campaña de desprestigio
Luego, el ex edil de Personal, se adentra en otras cuestiones de las que fue acusado en la nota de prensa referida y hace alusiones a sus aspiraciones políticas asegurando que «nunca las he tenido». Argumenta esta afirmación indicando que al mes y medio de asumir su cargo presentó su dimisión al ver «cómo trabajaba» y que «es evidente que no tengo aspiraciones políticas pues sabía que hacer lo correcto suponía el fin de mi carrera política como así se me hizo saber«.
En la parte final del comunicado, Gerardo Arévalo afirma que «he sufrido un aislamiento, un acoso y derribo y me han puesto impedimentos y trabas para realizar mis tareas como concejal ya que Santiago Cabello antepone el rencor personal y su interés al bien común, pero he aguantado con dignidad». «Esta campaña malintencionada no me extraña, lo que me extraña es que haya tardado tanto. El propio Cabello había comenzado desde finales del año pasado una campaña de
desprestigio de forma verbal contra mí y, como es habitual en él, sin dar la cara; me alegro de que por fin se atreva a hacerlo por escrito, reflejándose a sí mismo y dándome –esta vez sí– la oportunidad de defensa».
El concejal del Ayuntamiento de Pozoblanco establece el momento en el que estalló todo cuando «empecé a reclamar al hijo de su secretaria la devolución de las cantidades indebidamente cobradas» asegurando que «empiezo a sufrir represalias por parte del alcalde; se ha mermado el equipo del área de Personal; se me ha impedido hacer mi trabajo con normalidad; no he sido invitado a actos públicos». Y finaliza con una última reflexión: «Yo he sido apartado del gobierno, expulsado del grupo municipal del PP, pero quien tiene que dimitir es Santiago Cabello, entre otros motivos, por no haber ordenado la finalización de la relación laboral del Ayuntamiento que él preside con el hijo de su secretaria ni reclamar en momento alguno que devuelva lo cobrado indebidamente. A día de hoy, un año y tres meses después del primer pago irregular, no tenemos noticia alguna de la devolución de las cantidades».
Y finaliza requiriendo al PP de Pozoblanco a que «cese en su campaña de difamación y desprestigio. Y les anuncio el inicio de las acciones legales que me competen en defensa de mis derechos y para la salvaguarda de mi honor. En todo caso, me reservo el derecho a utilizar la documentación e información de la que dispongo para aportarla ante los procedimientos judiciales que puedan interponerse».
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