Por María José Andrada Fernández (Secretaria de Salud CEP PSOE de Córdoba)

 

Hay una conocida canción que resume muy directamente la vida del ser humano y con la cual nos hemos divertido con sus notas musicales que dicen así: “tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor”.

Dinero. Se puede tener mucho, a veces más de lo que se necesita, ya sea para satisfacer caprichos o necesidades económicas, y hasta puede ocurrir que toque la lotería.

Amor. Es tan grande esta palabra que abarca el afecto, el cariño hacia los demás, hasta llegar a encontrar a una persona y querer compartir con ella toda la vida, amándola con hechos y manifestaciones que llevan, desde el corazón y el sentimiento, a ser felices.

Pero la Salud tiene nombre propio y es tan necesaria para la vida que condiciona todo lo que ocurre en ella, sintiéndonos obligados a cuidarnos y a ser cuidados. Es responsabilidad tanto personal como institucional velar por ella, cumpliendo, por parte de aquéllos que tienen competencia y responsabilidad política, la obligación de poner al alcance de todas y todos lo necesario para dar respuesta a cualquier problema sanitario, desde la atención que debe de existir a la más temprana edad hasta la más avanzada.

En estos días de descanso estival y de calor en la tierra que siempre me acoge para descansar y pensar, me pregunto por qué los servicios sanitarios son cada vez más precarios, por qué es tan difícil encontrar un pediatra para atender a los más pequeños, o por qué la demora de tantos días para recibir un servicio para la Dependencia de nuestros mayores.

Si la Junta de Andalucía dispone ahora, más que nunca, del mayor presupuesto de la historia para gestionar la Sanidad Pública en Andalucía, de hasta 14.000 millones de euros, ¿por qué no reducen las listas de espera?, ¿por qué no aumentan las plantillas en lugar de despedir a profesionales?, ¿por qué no se miman a nuestros profesionales de la Sanidad Pública con contratos que no sean precarios para que, de esta forma, no tengan que irse a otras comunidades autónomas?

A día de hoy, la Junta de Andalucía tiene en el olvido cualquier atención sanitaria, desde la Atención Primaria hasta las diferentes especialidades tan necesarias para los ciudadanos y ciudadanas que requieren de atención sanitaria urgente.

Por ello, hago un llamamiento en este escrito, que no es otro que recordarle su responsabilidad de gestionar lo público, una responsabilidad que debe estar definida hacia los andaluces y andaluzas, hacia sus necesidades sanitarias, centros de salud, hospitales, dotación de equipamientos para los citados centros y personal sanitario para los mismos, con el objetivo de no llevar a nuestra Sanidad Pública a un déficit que conlleve al incremento del mercantilismo de la sanidad privada.

La salud no tiene precio, pero sí un valor incalculable. Y no puede esperar. Es por ello que no se puede ser cicatero y recortar en solventar cualquier problema que derive en una enfermedad. Porque la salud es lo más importante; la salud es lo primero.