10 de Septiembre, y como cada año, se celebra el Día Mundial de Prevención del Suicidio. En el último año en España se produjeron 3.952 fallecimientos por suicidio, de los cuales, 1.302  casos tuvieron lugar en zonas rurales de menos de 20.000 habitantes (datos del INE).

La atención a la Salud Mental es deficitaria en todo el país, lo dicen los datos, lo reconocen los profesionales sanitarios y lo ponen de manifiesto los usuarios. Si nos centramos en nuestra zona de residencia, la situación no difiere mucho de lo que ocurre a nivel nacional y autonómico.

Meses atrás, ya vimos en el periódico “Hoy al Día” como algunas voces se levantaban para denunciar la situación que estaba ocurriendo en el Área Sanitaria Norte por la falta de psicólogos. Varios familiares y pacientes pendientes de una valoración que no llega y que se ven obligados a acudir a la sanidad privada para recibir una atención que la sanidad pública no les brinda.

En la actualidad ya son más de 5 meses sin servicio de Psicología en el Hospital Valle de los Pedroches. Ni está ni se le espera. En la zona del Guadiato la situación parece ser similar. Mientras tanto, toca buscar en Google un psicólogo/a «bueno, bonito y barato» y cercano, que pueda dar solución a nuestro problema, si podemos pagarlo, claro.

Porque ni siquiera habiendo fallecido por suicidio tu propio padre, marido, hijo etc., puedes acceder a un psicólogo porque en la sanidad pública de tu zona no lo hay. ¡Está buena la cosa!

Siguiendo con esta dinámica, el servicio de Psiquiatría tampoco presenta buenos índices de satisfacción entre los usuarios. Las listas de espera para una primera consulta, y lo digo por experiencia propia, se van más allá del mes y medio o dos meses. Para una persona con ansiedad, depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar, ese tiempo puede significar un auténtico infierno.

También podemos decir, que las valoraciones de seguimiento posteriores por un Psiquiatra pueden llegar a sobrepasar el año. «Un año pasa volando», que se lo digan a los usuarios. Si necesitas atención psiquiátrica en tiempo y forma, lo sentimos, también tendrás que buscarla y pagarla.

Merece alusión también la situación de que aquellas familias que tienen o que tenemos hijos/as pequeños, y no tan pequeños, con algún trastorno del neurodesarrollo como TEA, TDAH, TDL o cualquier otro tipo de síndrome, nos vemos obligadas a estar durante años viajando a Córdoba, al Hospital Los Morales, a la USMIJ (cuyo funcionamiento tiene para escribir un libro) porque no existe tampoco en nuestra zona atención a la Salud Mental Infanto Juvenil.  Y si ya desde pequeños sufrimos carencias de la Salud Mental en las zonas rurales, apaga y vámonos.

Os pongo otro ejemplo de lo que está ocurriendo. Una persona con algún problema de salud mental como exacerbación de la esquizofrenia o trastorno bipolar, ideas suicidas o intentos de autolisis que acuda al servicio de Urgencias del Hospital Valle de los Pedroches, es tratado de forma diferente dependiendo del horario en el que este acuda. ¡Si, el horario es importante!

Si esa persona acude en horario de 8 a 15 horas y el médico de Urgencias considera que debe ser valorado por un Psiquiatra, podrá ser atendido cuando el psiquiatra de guardia estime oportuno o cuando este pueda terminar de atender al resto de pacientes de su consulta. Esperar unas horas en una sala de espera tampoco es una de las mejores opciones para este tipo de personas, pero puede decirse que está de enhorabuena.

Sin embargo si este mismo paciente acude a urgencias en horario de 15 a 8 horas de la mañana del día siguiente, le espera una situación un tanto diferente.  Tendrá que esperar unas horas en una sala de espera, hasta que una “obra divina” en forma de ambulancia acuda para trasladarlo. Le espera un trayecto de 85 kilómetros por una sinuosa carretera hasta llegar al Hospital Reina Sofía donde espera el Psiquiatra de guardia para su valoración. Posteriormente decidirá si se queda ingresado en Córdoba o si por el contrario debe esperar otras cuantas horas en otra sala de espera para ser trasladado otros 85 kilómetros de vuelta a su destino. ¿Qué opináis? Parece increíble, pero es la realidad.

Aprovecho y lanzo unas preguntas ¿Alguien sabe cuántos programas de prevención del suicidio se llevan a cabo en la zona de Los Pedroches y el Guadiato? ¿Alguien sabe, conoce o ha oído hablar alguna vez de protocolos de detección y prevención del suicidio en nuestra zona? ¿Saben si se está aplicando? Son muchas cuestiones de las que desconozco las respuestas, pero me las imagino.

Ya el pasado mes de agosto se tuvo que pedir amparo al Defensor del Pueblo para que mediara ante la mala situación de la atención a la Salud Mental en nuestra zona. De momento sin respuesta.

Desde el área sanitaria, reconocen que el servicio de Salud Mental “tiene un déficit de profesionales que dificulta el abordaje de toda la población a la que tiene que atender”, y se muestran incapaces de darle solución a un problema que se lleva arrastrando durante meses e incluso durante años. Si ellos, que son los encargados de darle solución al problema, no son capaces de hacerlo ¿Quién arregla esto? ¿De quién es la culpa de que todo funcione de esta manera?

Todos estos obstáculos agravan los diferentes problemas de salud mental de las personas y no hacen sino elevar el riesgo de suicidio.

Todos conocemos casos de personas con problemas de salud mental a nuestro alrededor.  Todos conocemos casos de suicidio cercanos. Seguramente no haya pueblo de Los Pedroches y el Guadiato donde en los últimos 5 años no haya habido un caso de este tipo.

Todos y cada uno de nosotros estamos en riesgo de que, en algún momento de nuestra vida, podamos caer en ese pozo, y ver la oscuridad de la enfermedad mental, incluso teniéndolo todo en la vida a nuestro favor. No es un juego.

No es ninguna crítica a ninguna administración ni a partido político concreto. Consiste en crear conciencia sobre la situación, exponer el grave problema que esto supone para muchas personas y sus familias y evidenciar que esta forma de atención no es la mejor forma de prevenir un suicidio.

Sobre todo se trata de que estas personas y sus familias no lleguen al extremo de vivir situaciones tan desagradables como la que nos tocó vivir a mí y a mi familia hace unos meses.