El hombre del matrimonio que estaba acusado de abusar y maltratar, supuestamente, a una mujer migrante para tener un hijo ha sido localizado después de estar en busca y captura durante varios meses. La mujer sigue en busca y captura, según adelantó Cordopolis, y confirma el Tribuna Superior de Justicia de Andalucía, que añade que se mantienen las medidas cautelares contra el hombre ya localizado, es decir, orden de alejamiento de la denunciante y obligatoriedad de comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.  

Los hechos se remontan a diciembre de 2021 cuando el matrimonio se puso en contacto a través de la red social Facebook con una mujer de origen peruano con la finalidad de alquilar su vientre a cambio de dinero. Tras mantener varias conversaciones, y según este auto, acordaron que la mujer, de bajos recursos económicos, conviviría con el matrimonio y mantendría relaciones sexuales con el hombre para intentar quedarse embarazada, ya que la inseminación artificial implicaba un desembolso económico. A cambio, la víctima recibiría una compensación económica que oscilaría entre los 15.000 y 20.000 euros. El 30 de enero de 2022, la víctima llegó al aeropuerto de Sevilla, donde la recogió el matrimonio trasladándose los tres hasta el norte de la provincia. Ahí es donde, según recoge el auto judicial, empezó el calvario de la víctima, que había vendido parte de sus bienes para poder comprar el billete de avión.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Pozoblanco señaló en su auto que, un día después de llegar a Los Pedroches, la mujer le dijo a la víctima que tenía que mantener relaciones sexuales con su esposo. Según el auto, aunque la víctima en un principio intentó convencerla de que el proceso se realizara por inseminación artificial, ante la negativa de la mujer, accedió a mantener una única relación sexual. Sin embargo, al día siguiente, la joven se enfrentó a la misma petición y, de nuevo, ante su negativa, fue encerrada junto al esposo para que mantuvieran relaciones, algo que ocurrió sin su consentimiento, pone de manifiesto el documento.

Días después la situación se repitió y ante su negativa, la víctima empezó a recibir amenazas y fue obligada a mantener relaciones sexuales de nuevo. El auto indica que el matrimonio cortó el wifi de la vivienda para que la víctima no pudiera comunicarse con su familia. El 5 de febrero la joven comentó al matrimonio que un tío suyo pasaría a recogerla, momento en el que recibió un puñetazo por parte de la mujer, que, según consta en el auto, le dijo que «solo se iría muerta de la casa«. Desde ese momento, añade el documento, la víctima no pudo salir del domicilio porque todas las puertas estabas cerradas y fue obligada nuevamente a mantener relaciones sexuales. El 8 de febrero, aprovechando que estaba sola, la joven pudo salir de la casa y acudir hasta la Guardia Civil para denunciar los hechos.