Ventana Abierta, asociación feminista de Pozoblanco, no ha faltado a su cita con el 8M, Día Internacional de las Mujeres. A pesar de la lluvia, que ha obligado a anular algunas actividades y a cambiar de ubicación la concentración, el colectivo ha vuelto a poner el foco en los objetivos que persigue la agenda feminista, que tiene como elemento esencial luchar por una igualdad efectiva y real.
Así, el manifiesto que se ha leído durante el acto ha abogado por la igualdad de género en el ámbito laboral señalando la brecha salaria como “una injusticia intolerable en pleno siglo XXI”. El techo de cristal como “una barrera que impide a las mujeres acceder a posiciones de liderazgo” y las dificultades que enfrentan en el avance de sus trayectorias profesionales han sido otros de los puntos sobre los que se ha alzado la voz.
Ventana Abierta ha puesto el foco también en la conciliación porque “sigue siendo un desafío para muchas mujeres” ante la falta de corresponsabilidad en las tareas de cuidados y la “escasez” de servicios públicos de calidad que “dificultan la participación plena de las mujeres en el mercado laboral”. Precisamente el trabajo de cuidados ha ocupado espacio reivindicando que es un trabajo “invisible” pero “esencial” para el funcionamiento de la sociedad sin estar “reconocido ni valorado socialmente y económicamente” y que ayuda a “perpetuar la desigualdad de género”.
Por estas y otras cuestiones, Ventana Abierta ha lanzado un llamamiento a la concienciación porque “la igualdad de género no es solo un asunto de mujeres, es un asunto de justicia social que nos concierne a todas y todos”. Y precisamente porque es una cuestión de todos se ha dado la voz a Faustino Habas, que se ha sumado a esta reivindicación recordando aquel 8 de marzo de 1857 donde trabajadoras textiles dejaron sus fábricas y salieron a las calles de Nueva York para exigir la igualdad de derechos laborales.
«La historia de las mujeres ha tenido más que ver con lo que han callado que con lo que han podido decir a lo largo de la historia. La lucha por la igualdad en derechos y libertades no se hace desde el silencio. Los derechos no se regalan, se luchan», ha expuesto. «Esta lucha ruidosa por la igualdad de derechos y libertades solamente les molesta a aquellos que temen perder sus privilegios y se desentienden de sus derechos cívicos en una sociedad supuestamente democrática e igualitaria», ha seguido defendiendo.
Tener a los hombres como aliados, pero reconocer las diferencias a las que las mujeres tienen que hacer frente hoy en día por el mero hecho de serlo ha cargado un discurso que ha reconocido avances pero que ha reflejado que «la igualdad real y efectiva aún no ha llegado del todo y nos queda mucho por andar».
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