Corren malos tiempos para el deporte pozoalbense en lo que a sus equipos insignia desde hace años se refiere. El Club Deportivo Pozoblanco y Balonmano Pozoblanco viven en la actualidad una realidad similar que se ha visto acuciada con los malos resultados que ambos conjuntos han ido sumando desde el inicio de liga. Los de Mario Rojas no saben lo que es puntuar en los cinco partidos que han disputado, idéntica situación que viven los de Miguel Ángel Moriana en las tres jornadas que han afrontado hasta el momento.

Aunque se partía de dos realidades muy diferentes, el devenir no solo de la competición sino de las circunstancias extra deportivas parece querer unir a estos dos clubes. Desde los albores de la pretemporada se viene haciendo hincapié en el nuevo proyecto del Club Deportivo Pozoblanco, hay que evitar aumentar el déficit económico y se optó por la confección de un proyecto eminentemente local y comarcal. La realidad del equipo de balonmano fue la de confiar en el mismo bloque que tenía el año pasado, un bloque que ha dejado muy buenas sensaciones durante la pretemporada y que se ha mostrado optimista en esta nueva aventura.

Los encargados de llevar hacia adelante esto dos proyectos, Mario Rojas y Miguel Ángel Moriana, conocían sus realidades aunque eso no resta que ellos hayan sido claros con sus respectivas directivas. El primero no ha parado de pedir refuerzos, unas peticiones que avanzan conformen lo hace la competición. Después del partido ante el Recreativo de Huelva B, Rojas indicó que necesita un central, un pivote, un centrocampista, un lateral izquierdo y un delantero. Los resultados, las lesiones y la posible marcha de algunos jugadores por temas laborales y de estudios, ha provocado que esa lista aumente.

Enfrente tiene a una directiva que entiende a su técnico, pero que mira por el aspecto económico antes que por el deportivo. El agujero económico es considerable y lo primero es intentar liquidar poco a poco esa deuda. Los directivos blanquillos no se cierran en banda a fichar, pero las condiciones son casi inamovibles y así complicado es que venga algún jugador con experiencia.

Sin lugar para entrenar

Y si Mario Rojas estalla después de cada partido, su homólogo en el banquillo del Club Balonmano Pozoblanco lo ha hecho después de los dos últimos encuentros. A nadie se le escapa, porque Miguel Ángel Moriana lo expuso, que el técnico puso unas condiciones a la hora de firmar su renovación, algunas de las circunstancias con respecto al año pasado tenían que variar. Durante la pretemporada no ha habido ningún problema, pero el inicio de la competición los ha traído todos juntos.

Dejando a un lado las lesiones y los problemas con el Cajasur, que ha impedido la participación del pivote Alonso Ruiz, la primera preocupación de Moriana es una, la imposibilidad de entrenar con garantías. El equipo no tiene lugar fijo en Córdoba para poder realizar sus sesiones preparatorias. El coste económico del alquiler de las canchas está impidiendo que el equipo entrene con normalidad y son muchos los días en los que los jugadores conocen la hora y lugar de la sesión apenas una hora antes de su inicio.

La situación ha provocado que  Moriana haya solicitado una reunión con la directiva del club, que según fuentes consultadas por www.hoyaldia.com se iba a celebrar el martes, pero finalmente tendrá lugar hoy miércoles. Un encuentro en el que deberían sentarse las bases para un entendimiento entre ambas partes, ya que la plantilla está afectada por este hecho y también por el haber viajado hasta Barakaldo con apenas diez jugadores -dos de ellos juveniles-, algo que merma sus posibilidades.

Así las cosas, toca mover ficha a ambas directivas para satisfacer, o no, las necesidades de sus respectivos entrenadores y equipos. Tiempo al tiempo.