Después de que el Meridiano Antequera impusiera la lógica en el partido de la pasada semana, el Balonmano Pozoblanco afronta un envite de nuevo de su liga ante el Ereintza Aguaplast (Pabellón Juan Sepúlveda, 18:00 horas). Un encuentro de esos en que la victoria es absolutamente imprescindible para mantener opciones a final de liga de evitar un play-off de descenso donde sigue metido el equipo tras las diez primeras jornadas.

El cuadro vallesano sigue con problemas para realizar entrenamientos de calidad, aunque la situación va mejorando poco a poco tras algunas semanas muy complicadas. «El equipo está bien, aunque recuperándonos de la cantidad de bajas que hemos tenido», explica Miguel Ángel Moriana. «Pero en general estamos bien, con ganas de jugar un partido que para nosotros es importante».

Con todo, el técnico se encuentra pendiente de dos de los tocados, el francés Mathieu Barrere, que se ha perdido los últimos compromisos, y Alberto Requena, jugador fundamental en los esquemas del equipo. Al menos, Adrián Santamaría y Alonso Ruiz ya trabajan con mayor normalidad.

Pendiente de estos asuntos, Moriana no quiere confianzas a pesar de que el rival ha perdido sus diez partidos hasta ahora, además del de la Copa contra el ARS Palma del Río. Su diferencia de goles es ya de -66, lo que habla de una media de seis goles en contra en cada derrota.

«Han realizado partidos muy buenos, aunque no hayan conseguido puntuar», advirtió Moriana, que pide a los suyos «estar muy atentos y dar mucha intensidad a la defensa porque ellos juegan todos los partidos como si fuera una final».

Y es que el técnico opina que esa necesidad extrema del cuadro vasco «les hace ser muy peligrosos por el ritmo que pueden imponer y las ganas que tienen de puntuar», por lo que estima que «tenemos que imponer nuestro ritmo y hacer que ellos no se encuentren cómodos en la pista en ningún momento».