Llega a la entrevista acelerada porque la vida le ha puesto otra dificultad a escasas 48 horas de afrontar el reto de ser pregonera de la Semana Santa de Pozoblanco. Poco a poco se relaja, en cada pregunta da algo más y profundiza en los momentos que ha vivido durante estos meses, en su pregón y en lo que quiere decir. Sincera y directa afronta el reto sabiéndose «una más» en este mundo y encontrando las razones de su designación en ser parte de la cofradía del «Silencio» por los malos momentos vividos recientemente. La vida le ha llevado, incluso, a plantear dos pregones diferentes, aunque finalmente en el elegido habrá extractos de aquel primitivo donde le relataba la Semana Santa a la figura de quien se la hizo amar, a su madre. 

Pregunta: ¿Qué supone para usted ser pregonera de la Semana Santa de Pozoblanco?

Respuesta: Para mí ser pregonera es un privilegio porque no todo el mundo puede estar ahí, somos muchos cofrades pero pocos los elegidos, por decirlo de alguna forma. También. es una responsabilidad porque yo no soy nadie, es verdad que soy cofrade, he sido una persona vinculada a la Semana Santa como hermana de luz durante muchísimo tiempo, pero. no soy nadie para pregonar la Semana Santa de mi pueblo. Por eso, me supone un privilegio pero también. una responsabilidad que me tiene abrumada. 

P: Una pregunta de las que no pueden faltar, ¿cómo fue el momento en el que le transmiten que es usted la designada para pregonar la Semana Santa?

R: Me acuerdo porque fue un día importante para la cofradía del «Silencio», era el día que nos iban a comunicar quien conformaba la Junta Rectora. Estaba en mi trabajo y apareció Juan Fernández (presidente de la Agrupación de Cofradías), pensé que era algo de trabajo. Me dijo que me sentara y me lo comunicó. Me levanté y senté unas pocas veces, le pedí incluso que no me gastara este tipo de bromas y luego que me lo tenía que pensar porque si en ese momento hubiera contestado le hubiera dicho que no porque no lo entendía, porque no estaba preparada y porque no entendía el por qué yo. 

 

Dejar posar la noticia y comunicárselo a los más queridos. Es un patrón seguido por casi todos los pregoneros. África García consigue emocionar cuando cuenta esos momentos en los que quiso comunicar a tres de las personas más importantes de su vida -su marido y sus dos hijos- lo que le estaba pasando. Casualidades de la vida, la que iba a convertirse pregonera en cuestión de horas estaba sometiéndose a unas pruebas médicas y cuando los reunió para decirles que tenía que comentarles una cosa se derrumbó de la tensión. Las lágrimas de la esposa y madre asustaron en un primer momento, pero pronto se tornaron en alegría. Delante tuvo palabras y silencios que venían a reflejar orgullo y un empuje a la decisión. «Mi marido me dijo que sabía que me iba a tocar algún día y mi hijo Carlos no paraba de decir mamá, mamá. Mi otro hijo, Rafael, al que no le gusta nada la Semana Santa y es un ateo convencido, me dijo que le iba a hacer el hijo más feliz del mundo, que estaba muy orgulloso de mí aunque el no entendiera esta cosas, que me lo merecía por lo que había trabajado«. Esas palabras encaminaban la respuesta pero hubo dos detalles más. El primero una mirada al cielo, un plantarse ante quien da fundamento a su fe. El segundo detalle se coció en torno a la cofradía del «Silencio» cuando a pesar de haber pedido discreción al presidente de la Agrupación para no restar protagonismo al proceso interno de la cofradía vio miradas cómplices y «por esas caras dije que merecía la pena«. 

 

P: Me cuenta que se encomendó a su fe, pero también las palabras que nacen de un hijo que dista en esas creencias. Me parece una maravillosa contraposición. 

R: Es que la vida es eso. Una de las cosas que más me ha costado al hacer el pregón es que yo no soy una persona que haga manifestaciones de mi fe, es más, hasta que no fui presidenta mucha gente no conocía que era cofrade. No hago alardes, aunque sí participo en muchas cosas de la iglesia. Jamás me verás discutir con alguien que no crea o intentar convencer a nadie. Yo he hecho cursillos prematrimoniales durante mucho tiempo y me tocaba el tema del amor, de la familia cristiana, pero nunca pretendí convencer a esos novios. Yo siempre les decía y enseñado mi fe, así lo he hecho en mi casa, por eso tengo un hijo que me sigue completamente en ese aspecto y otro que no cree absolutamente nada, pero los he respetado, jamás he impuesto nada. En ese atril, el domingo no quiero convencer a nadie, voy a mostrar mis reflexiones, mis sentimientos, mi forma de ver la Semana Santa y ya está. No pretendo convencer a nadie, ni dar lecciones de nada porque en mi vida jamás lo he hecho. Voy a decir lo que siento. Eso sí, lo que pienso en la vida es que cada uno tiene sus ideas, hay que respetarlas, pero hay que ser coherentes, no se puede ser hipócrita y eso sí lo voy a intentar reflejar en mi pregón. 

P: Decía también que en un primer momento hubiera dicho que no a la designación porque no entendía el por qué usted. Aquella noche, cuando ya dijo que sí ¿buscó esas razones? Y si lo hizo, ¿qué respuestas encontró?

R: El Silencio ha tenido dos momentos muy duros en su historia y el día 14 tenía uno muy duro y la gente me dirá, el duro lo tuvo en la votación. Aquello se fue de las manos y ha tenido sus repercusiones, pero aquello fue un ejercicio libre de unos cofrades, nada más, que decidieron votar que no y ellos sabrán por qué. La cofradía no tenía quién la dirigiera, el sacerdote tenía que elegir a tres personas y esas personas tirar hacia delante. Pero esta no era la primera vez, era la segunda, la vez anterior fue en diciembre de 1990 y yo formé parte de esa junta rectora. Fui a una reunión y sin conocerme me votaron y formé parte. Esta vez volvemos a tener ese problema y por lo que me he enterado no es la primera vez que se me propone como pregonera, pero es la vez que he salido y creo que me han elegido por ese mal momento del «Silencio» porque la cofradía tenía que estar ahí. No creo que sea casualidad, creo que es algo del destino para el que no crea en otras cosas, pero no porque me lo merezca, sino porque tenía que ser alguien del «Silencio». 

P: Dice que sí. ¿Cómo y cuándo se pone a la tarea?

R: Al final me operan en octubre, el primer mes lo paso mal y en el segundo que ya pude estar mejor pensé cómo quería hacer el pregón. Soy una persona bastante cuadriculada y calculé los meses de baja entendiendo que ese era el mejor momento. Empecé a pensar y no se me ocurría nada, estábamos a noviembre. La Semana Santa se siente cuando estás en ese ambiente, la parte religiosa durante todo el año, pero la Semana Santa en Cuaresma, los sentimientos afloran más. Me puse a leer, no pregones porque no quería verme influenciada, me dediqué a leer libros que tenía que ver con Jesuscristo. Javi Luna me dio «El hombre que esculpió a Dios» de Juan de Mesa que trata del momento que esculpió al Gran Poder y me sirvió de fuente de inspiración. También empecé a leerme los Evangelios y pensé en mi madre que tiene una demencia desde hace veinte años y fue la que me inculcó el amor a la Semana Santa, a querer a todos los titulares por igual, pensé hacer un pregón en el que le contara a mi madre cómo es hoy la Semana Santa y empecé a redactarlo, contándole a ella lo que ahora ella no es capaz de ver. Llegó diciembre y mi madre estuvo a punto de morir y pensé que no iba a ser capaz si se iba de hacer esto porque no soy tan valiente, ni tan dura. Decidí cambiarlo y lo que hice fue ponerme las imágenes de cada hermandad con marchas que me recuerdan a esas hermandades y así empecé a escribir. 

P: Deduzco por tanto que su pregón va a recorrer la Semana Santa pozoalbense. 

R: Mi pregón va a ser un homenaje a la Semana Santa taruga, lo que quiero transmitir es que tenemos que cuidar nuestra Semana Santa, ponerla en valor, que hemos pasado una época que nos hemos ido a Sevilla y a otros sitios y hemos querido meter a la fuerza cosas que no son nuestras. No me parece mal que en ciertos momentos cojamos cosas de otros sitios si eso nos hace crecer sin cambiar nuestra propia identidad. Esa ha sido mi idea. Eso y, por supuesto, hacer un homenaje a mi madre porque hay algunas partes de aquel primer inicio que se han quedado. 

P: Habrá mucho «Silencio». 

R: No, no va a haber mucho «Silencio» pero todo lo que he vivido y he aprendido ha sido en allí, pero no. 

P: El principal reto es qué decir, ¿tenía claro esa parte?

R: No. Un amigo, esa noche me dijo este es el momento en el que podrás decir todas aquellas cosas que tanto te has callado. No, no va a ser así. Quien me conoce, quien me conoce a nivel de amistad cofrade, todo lo que diga no le va a sonar raro, lo conoce. Cuando yo hablo de determinados sectores de la Semana Santa ya saben lo que voy a decir porque no he ocultado mis sentimientos en esos aspectos. Yo no soy hipócrita, si no quieres saber lo que pienso no me lo preguntes. Conforme fui viendo las imágenes me iban saliendo cosas, había momentos que me salían y escribía, tampoco fue ordenadamente, sino lo que me fue inspirando en cada momento. A pesar de que cambié la primera idea después no me gustaba nada cuando acabé, pero tuve otro problema y ese día que lo estaba pasando tan mal cuando vi que esa persona estaba bien pensé que eso era lo que tenía que decir. Eso es lo que voy a decir, la última vez que intenté cambiar algo fue el miércoles de ceniza. Pero quería disfrutar la cuaresma y tener todo bien atado. 

P: ¿Ya se ha visualizado en el escenario?

R: Me visualicé rápido, sabía lo que quería y lo vi muy claro. Me acompañará la Banda Sinfónica Municipal y las marchas son todas o compuestas por alguien de la localidad o dedicadas a nuestras cofradías. Van a sonar Salud del Lejío, Amargura Salesiana y Luna de Resurrección y está relacionado con lo que decía de puesta en valor de la Semana Santa, no están elegidas al azar. 

P: ¿Cree que no ponemos en valor la Semana Santa de Pozoblanco?

R: No, creo que hemos pasado unos años complicados. Creo que estamos volviendo, pero hemos pasado unos años donde todos éramos unos ‘carcas’, donde lo importante era lo que hacen los sevillanos, la importancia había que dársela a los costaleros  y mientras más chorradas al levantar las imágenes mejor y mientras más tonterías y meneos les demos a los cristos, mejor. Eso no es nuestro, es que no lo es. Yo sé que hay gente que está esperando mi reflexión sobre los costaleros y creo que voy a ser prudente, voy a ser respetuosa, pero es que tengo la sensación de que a veces no respetan a las hermandades, no se les ve. Es que hemos escuchado a capataces decir ‘mi arma’. 
La Semana Santa es fe, cultura y tradición y si eso no lo vemos claro es una idiotez. Las cofradías no son unas cofradías hermanas, religiosas y fantásticas porque no es la realidad. Hay personas que viven su fe cristiana en las cofradías y hay quien va por el folklore. La cuestión está en cuando aparecen las diferencias de opiniones. En mis cuatro años de presidenta viví los momentos mejores y peores que he vivido en la Semana Santa, lo mejor fueron las personas que conocí y lo peor las personas que conocí. El problema es que no nos respetamos, al igual que en otros ámbitos de la vida. 

P: Además de todo esto, ¿va a haber mucho de la África más personal?

R: Va a haber bastante de la África personal e íntima porque para ser sincera con lo demás tenía que serlo conmigo misma. Así que la respuesta es que sí. 

 

El pregón tendrá lugar en el Teatro «El Silo» el domingo 7 de abril a partir de las 12:30 horas.