Hace unas semanas oí en la radio a razón de la Muestra de cine rural de Dos Torres, que por cierto va por su décimo cuarta edición, a una chica que presentaba un corto o pertenecía a la organización del festival en cuestión o algo así. No lo recuerdo bien porque no escuché la entrevista completa . A lo que voy. Me llamó la atención algo que comentaba y es el hecho de que mucha gente bien por gusto o apetencia o de resultas de la crisis estaba volviendo a los pueblos y estaba haciendo cosas interesantes.
Hay una generación, entre la que me incluyo, que salimos a trabajar o a estudiar fuera de nuestras patrias chicas y que no teníamos idea de volver pero ha ocurrido. Esa diáspora que pensaba que todo estaba hecho, a ratitos y sin querer, se ha vuelto a instalar donde se crió. Albañiles, periodistas, comerciantes, hosteleros, escritores, arquitectos, cocineros o abogados han regresado sin querer queriendo a los diecisiete pueblos.
Lo veo y creo que se palpa en el ambiente. Surgen ideas de todo tipo a lo ancho y largo de Los Pedroches gestionadas por esta gente, desde el periódico que publica estas líneas hasta espacios de trabajo colaborativo, (no digo coworking –ya lo he dicho– porque no soporto el exceso de anglicismos en un idioma tan rico como el nuestro, para muestra un botón) pasando por restaurantes con cocinas vanguardistas que saben freír lechón, estudios de diseño y arquitectura o queserías.
Los movimientos sociales también se han beneficiado del vuelve a casa vuelve, caso de colectivos como la Asociación Cívica Hinojoseña que tiene su aquel y que por querencia no me resisto a mencionar. Estos últimos han creado un premio a la excelencia para los mejores expedientes de bachillerato y por ejemplo nos traen a los hinojoseños y a todo el que quiera asistir peli y debate cada quince días. Lo nunca visto.
De igual forma observo que en los ayuntamientos aparecen jóvenes concejales y concejalas de todo el arco que vienen con ganas y espíritu renovador. Como aquí no se rinde nadie, los expatriados porque tocaba y vueltos porque no quedaba otra me dan esa impresión. Todos: los emprendedores, los cargos públicos, los colectivos y asociaciones o los que buscan el futuro no se rinden. No se rinden porque hay potencial, porque quién dijo miedo, porque siempre se puede y por qué no. Es sólo una impresión pero tras andar estos años de vuelta por casa sinceramente creo que algo se cuece.
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