A las 22:14 se apagaron las luces y el público que asistió al segundo concierto del ‘Slow Music’ 2021 se dispuso a disfrutar de Amaral. Poco más había que hacer ante una propuesta donde el impecable directo del dúo zaragozano habla por sí solo, aunque una cuidada y llamativa puesta en escena también ayudó a conectar con un concierto donde se puso en valor que «bailar sentados también es bailar». Fue una noche de reencuentros con banda sonora. Amaral pisaba Pozoblanco, un lugar conocido, porque fue aquí donde preparó su gira Nocturnal, aunque en aquella ocasión el escenario fuera otro, el Teatro «El Silo». Esta es otra gira, muy diferente, donde Amaral presenta ‘Salto al color’, disco que salió en 2019 y que ha sobrevivido al año en blanco que vino posteriormente, pero donde también ofrece a su público un repaso por muchos de sus «clásicos».
Y no hubo que esperar mucho para escuchar algunos de los temas más conocidos del dúo zaragozano porque tras ‘Señales’ llegaron ‘El Universo sobre mí’ y ‘Son mis amigos’, un canto a la amistad que llegó precedido de un inconfundible sonido asociado al dúo, la armónica, y que provocó otro clásico ya de los conciertos, la imagen de un público que móvil en mano empezó a grabar momentos para su recuerdo. La banda sonora de ese reencuentro empezó entonces a ampliarse a ritmo de celebración, de la vida, del amor, de la suerte, de la música en directo con el convencimiento de que ‘Hoy es el principio del final’.
Hubo espacio también para los temas más reivindicativos como el canto feminista de ‘Bien alta la mirada’ o ‘Juguetes rotos’, un tema que nació al amparo de la crisis económica de 2008 y que Eva Amaral recordó que «la podemos cantar cualquier año desde entonces». «Hemos perdido un año, pero os hemos ganado a vosotros», dijo la cantante después de recordar su paso por Pozoblanco e introducir la que es su banda sonora de reencuentros por excelencia, ‘Cómo hablar’.
A ella le siguieron ‘Nuestro tiempo’, ‘Revolución, ‘Soledad’ o ‘Moriría por vos’ para cerrar la primera parte del concierto con ‘Entre la multitud’, pero nada había acabado y el público lo supo en cuanto la banda volvió al escenario con unas máscaras que fueron el preludio de otros de sus grandes temas, ‘Kamikaze’. Amaral encaró entonces la parte final con canciones como ‘Tambores de la rebelión’ o ‘Salvaje’, aunque quizás se dejó lo mejor para un final de concierto que fue sublime. Sobre el escenario tan sólo quedó el dúo, Eva y Juan, haciendo un reconocimiento a todo el engranaje que hace posible que la cultura siga en funcionamiento, a pesar de los pesares. A ellos, a ese equipo y al público que da sentido a cada propuesta le dedicaron un ‘Sin ti no soy nada’ que elevó algo más un concierto que mucho antes había conquistado el ‘Slow’ porque Amaral reconquistó al público pozoalbense.
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