Banderas ondeando -no muchas-, el himno interpretado de diferentes maneras, gente reuniéndose para celebrar su pertenencia a una Comunidad Autónoma, la andaluza, que hoy conmemora la consecución de su autonomía plena allá por el año 1980. No hace tanto. Ser andaluz es ser blanco de numerosos tópicos; ser andaluz es sentir pertenencia a una de las comunidades más hermosas y con más historia de España; ser andaluz es llevar el peso del paro sobre los hombros; ser andaluz es sentir orgullo de un dialecto al que nadie se resiste; ser andaluz es pertenecer a una comunidad que se siente orgullosa y se olvida de su realidad a partes iguales.
Hoy el orgullo se entremezcla con el día a día que vivimos millones de andaluces porque entre la grandiosidad de la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada o la Giralda de Sevilla se impone la dureza de unos números que sitúan a Andalucía en los puestos de cabeza del paro de España, una situación que se extiende en el tiempo y que no varía a pesar de los años. Hoy, ese orgullo no puede ocultar la realidad de una comunidad que no está exenta de casos de corrupción y es que las cosas se ven de forma diferente desde el Palacio de San Telmo y fuera del mismo. Hoy, ese orgullo se pierde cuando se mira donde ha quedado el partido destinado a defender los intereses de los andaluces y su identidad. ¡Qué pena!
Y hoy, mientras unos celebran y otros siguen como si no hubiera nada que celebrar, me fijo en la programación que los diferentes ayuntamientos de Los Pedroches -y seguro que de otros tantos municipios de Andalucía- programan para conmemorar el Día de Andalucía. Y no sé si me da pena u otro sentimiento parecido. No encuentro actos que vayan más allá de los deportivos, de lo lúdico, del ocio. Y me vienen a la cabeza miles de tópicos más. Andalucía es algo más que guitarras y flamenco, que coplas y peroles, que siesta y toros. Andalucía es y tiene historia.
Igual soy yo la que anda perdida pero echo de menos que durante esta conmemoración las administraciones locales se preocupen por organizar actividades que vayan encaminadas a conocer la historia de Andalucía, su cultura, figuras como la de Blas Infante o José Manuel García Caparrós, días como el 4 de diciembre de 1977, las historias de nuestra Historia. Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos hombres de luz, que a los hombres, alma de hombres les dimos. Y mientras andamos buscándonos a nosotros mismos que ondeen las banderas, esas que sacamos una vez al año y luego igual hay que preguntarse lo que somos y por qué lo somos y por qué los andaluces aún no nos hemos levantado.
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