«¡Silencio! Es sábado por la noche y en Pozoblanco suena la Pasión«. Esas fueron las palabras con las que el perfil de Facebook de La Buhardilla del Titín sorprendió ayer a sus seguidores, a partir de ahí centenares de reacciones ante un video donde decenas de personas cantaban la Pasión desde sus casas, pero como si estuvieran en las calles de Pozoblanco, con más emoción si es posible, dadas las circunstancias. Detrás de esta idea está Antonio Carlos Escribano que nos cuenta cómo surgió esta idea.
«La idea se me ocurrió hablando con un amigo, todos los años salgo a cantar la Pasión y hablando pues pensé en hacer un video de la gente cantando, así surgió la idea», nos cuenta. No fue fácil obtener el resultado final porque no lo «es coordinar a tanta gente», pero ha valido la pena. A la idea se sumaron personas, casi todas de Pozoblanco, pero curiosamente el primero en enviar su video fue un ciudadano de Estados Unidos. Casi nada.
Así, Antonio Carlos Escribano nos relata que «tengo un amigo de Estados Unidos que estuvo aquí un año y salió con nosotros a cantar la Pasión y cuando se lo dije le encantó la idea. Fue el primero en mandar el video, luego la mayoría han llegado en los últimos días, pero entiendo que hay familias para las que es más complicado organizarse». Con todo el material, y con la base musical montada por el propio Antonio Carlos, hubo que armar el video final donde entró en juego el trabajo de Juan Carlos Ortega.
Pero hay algo más allá en esta iniciativa, algo que sobrepasa a que un video empiece a circular, un trasfondo que habla de mantener las tradiciones y de hacerlo de la mano de personas jóvenes. «Normalmente las tradiciones están asociadas a la gente mayor, yo salgo todos los años con mis amigos a cantar la Pasión, gente menor de 30 años o alrededores de la treintena. Me parece interesante que los jóvenes que somos amantes de lo popular luchemos por mantener las tradiciones y en este caso, como las personas mayores igual no tienen tanto conocimiento de programas de edición de audio y video, pues es una buena oportunidad para demostrar que los jóvenes también mantenemos vivas las tradiciones», afirma para matizar que «lo importante es que se mantengan vivas, aunque se reinterpreten, en este caso cambiando el formato».
Reconoce el promotor de esta idea que «he flipado un poco» con la repercusión, además de que lo divertido de un proceso que le ha reportado «una experiencia fabulosa». «Cuando me empezaron a llegar los audios y los videos, ver a esa gente cantando en sus casas, ha sido muy emocionante», precisa para finalizar indicado que igual nos esperan más ideas desde La Buhardilla del Titín, eso sí, avisa que «los videos cada vez serán más de idas de olla, que nadie se asuste, vamos a estar todos igual de mal».
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