Aquellos ingenuos que osen no tomar en serio al payaso, probablemente yerran. Las tropas del Movimiento Cinco Estrellas con Beppe Grillo a la cabeza, ya han cruzado el Rubicón y ahora “la suerte está echada” que diría Julio César. No se percatan los pobres cándidos de que el caldo de cultivo para los populismos también da para una sopa fantástica de revolución. Sopa de estrellas en este caso, condimentada con crisis extrema, irracionalidad y locura social. Sólo hay que echarle un poco más de sal gorda al puchero. Y qué salero tiene Grillo; el máximo artífice, líder y proclamador de “la nueva Revolución Francesa sin sangre”, según sus propias palabras.
La corrupción política es un mal sistémico que asola Italia, y los italianos están hastiados. Y “ahostiados”. Cómo tan astutos los corruptos para arramblar hasta con la biblia, meter la mano, sacar la pasta y cerrar el círculo como si no hubiera pasado nada; y sin embargo, tan cortos de miras para no atisbar el riesgo real que podría arrebatarles la gallina de los huevos de oro. Ese riesgo para los partidos tradicionales italianos se llama Beppe Grillo. El “Movimento Cinque Stelle” de Grillo no representa una alternativa de gobierno, sino una opción de sistema. Es la primera fuerza política de Italia en proporción de votos, y su auge mana de la llamada a la antipolítica. Su eslogan electoral es “a casa, a casa”: al paredón con los colaboradores necesarios del incendio de la democracia, la crisis y la cesión de soberanía a cambio de austeridad. Y su gran día fue el “Vaffanculo-Day”, el día de mandarlos a tomar por culo.
Aquellos políticos que observan a la masa ciudadana desde el olimpo de los dioses y con prismáticos, ajenos a lo que ocurre más allá de las murallas que encierran su soberbia, su codicia y su falta de vocación política, no alcanzan a ver que la bobería del ciudadano común tiene ciertos límites. Y así es como el Parlamento Italiano da luz verde para traspasar la línea roja y llamar a la caballería tecnócrata con el objetivo de salir de la crisis de deuda obviando los principios de la democracia representativa, tomando al pueblo como al pito del sereno. “Eccola qua”, una potencial sangría de votos que obviamente no iba a pasar inadvertida para Grillo. Y “eccolo qua”, el descalabro antológico del no candidato Monti en las elecciones. Mario Monti, el adalid de la austeridad, el valedor de la causa alemana y del sacrificio estricto sensu de las economías del sur, el mandatario y mandado de Bruselas, el gran perdedor con tan sólo el 10% de los votos.
La austeridad presupuestaria y la alta presión fiscal en tiempos de depresión económica nacen de la voracidad poco inteligente de la carpanta alemana; que financiándose prácticamente gratis, ha estimado liquidar (en lugar de reflotar) a las economías del sur para cobrar en el corto plazo, rápido y veloz. El pecado capital alemán de la gula financiera y el ansia viva por recuperar la pasta en tiempo récord se salda con la penitencia del aumento de la deuda pública italiana hasta límites jamás vistos, con el lógico empeoramiento paralelo de los datos italianos de crecimiento y de paro. Y no hay empresa que pague sus deudas si no crece. Pese a la austeridad mesiánica impuesta por Monti, sabemos desde hace poco más de un mes que la deuda pública italiana ha llegado en 2012 a su máximo nivel desde la Primera Guerra Mundial: el 126% de su Producto Interior Bruto. He aquí el más determinante granero de votos para el surgimiento del Movimiento Cinco Estrellas y para el resurgimiento de Berlusconi. Il Cavaliere ha vuelto con un discurso anti-europeísta atacando a morir a la Merkel. En nombre de la Europa de las naciones y de la salvación de Italia del infierno alemán, Berlusconi ha resurgido de sus cenizas como el Ave Fénix.
Para el autor Federico Mello, Beppe Grillo ha cabalgado sobre la rabia de los italianos, canalizando las iras de millones de personas que están muy encabronadas. Ha logrado que la primera fuerza política de Italia no manche sus listas con los nombres de ningún candidato condenado o con causas pendientes con la justicia. También ha alcanzado un estadio superior de pureza democrática interna, ya que todos sus representantes han sido elegidos a través de la red, sometidos a criba, debate y discusión entre cientos de miles de internautas. De ahí que el 88% de los candidatos del “Movimento Cinque Stelle” tengan estudios superiores. En efecto, han sido los italianos a través de internet los encargados de llevar las riendas de la superdemocratización en el proceso de elección de los representantes del Movimiento Cinco Estrellas en el Parlamento Italiano. Alejados de los medios de comunicación tradicionales, corrompidos mayoritariamente por el poder económico de Berlusconi, Beppe Grillo ha conseguido establecer una conexión sin fisuras con buena parte de la ciudadanía a través de la red, siendo éste el único medio empleado para generar una vía de retroalimentación comunicacional con la gente.
Hacer predicciones sobre el futuro del Movimiento Cinco Estrellas sería tan complicado como acertar el resultado de un partido amañado con Buffon bajo palos. No obstante, yo me atrevería a pronosticar que este fenómeno ciudadano de salvación democrática será temporal y quizás efímero, en caso de que fuese cierto que está desprovisto de ideología concreta. “Las ideas son buenas o malas, no de izquierdas o de derechas” dice un Grillo votado, entre otros, por 3 millones y medio de personas que antes votaban al Partido Democrático (socialistas italianos). Lo que nadie podrá negar a estas alturas es que se trata de una efectista llamada de atención en las urnas, y que servirá para remover los sesos de los gobernantes y políticos tradicionales. Quién sabe si también removerá los cimientos del sistema democrático de la vieja Europa, y si sus aspiraciones de Revolución Francesa pacífica a la italiana se verán colmadas de manera real.
mas alla de lo que diga y sus propuestas Beppe Grillo es un reconocido fascista, si esa es la alternativa de Italia…
cuando la gente se quiere cerrar los ojos es lo que pasa, y en España vamos por el mismo camino.
Buen artículo, Jesús.