La Fundación Prode ha puesto por segundo año consecutivo la iniciativa «Suma kilómetros por nuestros mayores», una forma de establecer lazos y nexos de unión a través del deporte y la fotografía. La idea de hacer kilómetros por quienes tienen otra realidad sigue sumando adeptos, pero ¿cómo reciben los mayores estos gestos? Charlamos con Luna Espinoll, usuario del Centro de Día para Personas Mayores de la Fundación Prode, para acercarnos a la realidad y a las sensaciones que despiertan en los usuarios cada fotografía que suma kilómetros.
«Que hagan estas cosas por nosotros me parece maravilloso, y si es haciendo deporte mucho más. A mí me encanta hacer ejercicio, en el centro de día todos los días me esfuerzo mucho en el gimnasio y hago todo lo posible por estar activa y hacer ejercicios que me ayuden a sentirme mejor y ser lo más autónoma posible», relata esta usuaria del Centro de día de Personas Mayores, que también detalla que «cuando vemos que tanta gente nos están enviado sus kilómetros nos produce muchísima felicidad. Es increíble que tantas personas estén haciendo esto pensando en nosotros. De verdad, sentimos el cariño que nos envían y que tanto necesitamos».
Un «chute» de energía que transmiten todas las personas, pero sobre todo los más pequeños, los niños, su participación es clave porque «nos encanta verlos». Al igual que ver como «personas con discapacidad, que tanto les cuesta hacer ejercicio, lo hacen y por nosotros», pero también se emocionan viendo a «los deportistas que tienen la suerte de disfrutar del campo y de paisajes preciosos» y con «tantas y tantas personas que desde un lugar u otro, algunos desde muy lejos, nos envían mensajes preciosos llenos de cariño».
Si el año pasado esta iniciativa se tornó en alegría, la acogida en estos días es mucho más emotiva porque la situación sanitaria ha provocado una disminución clara del contacto social. Una realidad que es imposible dejar atrás. «Con todo lo que está ocurriendo, es verdad que no podemos ver a todas las personas que queremos, o que cuando nos vemos lo hacemos con más distancia y sin poder darnos un abrazo. Y en nuestro día a día, hemos estado muchos meses sin ver a nuestros compañeros del centro y ahora tenemos que estar separados y con nuestras mascarillas. No es lo mismo. Por eso, cuando nos llegan las fotos y los mensajes nos recuerdan que siguen pensando en nosotros muchas personas y nos sentimos valiosos e importantes».
La iniciativa estará abierta hasta el próximo 30 de octubre y por eso Luna Espinoll anima a seguir participando porque «la energía que nos mandan hace efecto, y nosotros estamos haciendo mucho ejercicio, más que antes. El otro día hice 3 kilómetros en la bicicleta, me costó mucho esfuerzo, pero es mi forma de darle las gracias a todos».
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