Noche de altura en el Teatro «El Silo». La intensidad se entremezcla con la pasión, el llanto lo hace con la risa, emociones con las que el espectador observa sobre el escenario a la Reina Juana y a la actriz que le da vida, Concha Velasco, que se engulle al personaje o al revés, porque en este caso viene a ser lo mismo, logrando un resultado sobrecogedor. La esencia de la interpretación recae en que el espectador se crea al personaje y en eso Concha Velasco saca matrícula de honor. Es tal la simbiosis que la actriz necesita unos minutos para despegarse, para alejarse de la Reina Juana a la que se niega a llamar Juana «la Loca».

Bajo la dirección de Gerardo Vera y con un texto de Ernesto Caballero, la obra  «Reina Juana» es un viaje por la historia personal de una mujer que conduce inevitablemente a parte de la historia de España. Historias no exentas de inteligencia envuelta en locura, de lucha de poder, de desarraigo, de necesidad, de injusticia. Sobre el escenario, la hija de Fernando el Católico, la esposa de Felipe el Hermoso, la madre de Carlos I de España y V de Alemania, la historia de una traición, de amores pasionales corrompidos por esa lucha de poder que lleva a Juana a vivir 46 años de su vida en el ostracismo.

Esa vida es narrada bajo el «secreto de confesión» porque la obra se desarrolla durante la confesión de Juana I de Castilla ante el padre Francisco de Borja, una confesión que navega entre sentimientos contradictorios, que encuentra la pasión y el dolor, pero que acaba con una verdad, un poso de odio hacia aquellos a los que amó, incluido un esposo cuyo recuerdo sigue despertando los momentos de mayor carga sentimental. Con esa confesión de odio se cierra la historia de Reina Juana.

Despojada del peso de un personaje al que da vida durante noventa minutos, con un monólogo con el que el espectador sufre un desgarro progresivo, Concha Velasco recibió la ovación del público del Teatro «El Silo», que reconoció la incuestionable interpretación de una actriz que reivindicó el alma de esa Reina Juana y que pidió al público que contara que «habéis estado en una interpretación única». Razón no le falta.