«La Escala de Richter» es el primer LP de Catenaccio, «una colección de historias tristes escritas y cantadas sin afectación ni excesos, canciones que se suceden vertebrando un paisaje emocional lleno de grietas y heridas, de picos y valles, perfiles y y siluetas en las que cualquiera puede verse reflejado». Es el trabajo de David Molina y Antonio Jesús Moreno presentan, un disco del que es complicado despegarse después de la primera escucha.
Pregunta: Estábamos acostumbrados a un formato acústico y sorprende el ver un disco eléctrico, en varios sentidos, con la fuerza que ello conlleva, ¿por qué ese cambio?
Respuesta: Pues la verdad es que fue un proceso bastante natural desde dentro. Ya en el anterior Ep utilizamos todo tipo de guitarras, tanto acústicas como eléctricas, dependiendo del arreglo y lo que la canción demandaba en cada momento. En este caso sucedió igual, y pese a gustarnos mucho el color que da la acústica y lo que representa el formato desenchufado en general, al completar el disco tanto David como yo teníamos claro que no íbamos a ponernos límite a la hora de utilizar distintos instrumentos. Por eso también hay bajos, teclados, violines, coros… pese a ser luego solo nosotros dos en directo.
P: ¿Cómo ha sido el proceso de creación de este trabajo?
R: Ha sido bastante dilatado y relajado. Ya te digo que lo que en un comienzo iba a convertirse en la maqueta previa al disco fue creciendo y mejorando en un proceso de unos dos años, de forma que cuando lo teníamos terminado y comprobamos lo que teníamos entre manos, animados por varios amigos decidimos que merecía ser publicado tal y como estaba. El proceso ha sido laborioso y lento como te digo, pero también gratificante y libre. Consideramos que eso es primordial para echar a andar un proyecto musical. Ser honesto y libre.
P: ¿Cuánto tiempo os ha llevado hacerlo realidad?
R: Pues diría que unos dos años, pero realmente hay canciones que tienen la misma antigüedad que el primer Ep, que autoeditamos en 2013. También hay canciones que tienen poco más de medio año. La composición y preproducción de cada canción se hacía tal y como estas surgían, algunas necesitan respirar y ser recuperadas después de un tiempo de bloqueo, otras se cierran tal y como se empiezan a escribir. En todo este tiempo, David daba los primeros pasos y trabajábamos las bases entre los dos vía e-mail, así íbamos sacando adelante las canciones que, a nuestro juicio, no debían ir a la papelera y merecían estar en «La Escala de Richter».
P: ¿Qué sello discográfico lo edita y en qué estudio lo habéis grabado?
R: Pues la primera puerta a la que llamamos se abrió, la de Clifford Records, un sello con entidad y trayectoria contrastada. Y a Laureano Navarro, su dueño, le encantó el disco desde el primer momento. Agradecemos desde aquí a nuestro amigo y también capo de otro sello, el Dr. Cowabunga, porque fue él quien nos recomendó el sello almeriense.
El disco lo hemos grabado en el estudio que David tiene en su casa de Málaga y Raúl Pérez, de La Mina, nos ayudó con la mezcla y el mástering. Como ves todo queda en familia.
P: ¿Tenéis conciertos a la vista? ¿Alguno en Pozoblanco?
R: Estamos a punto de cerrar una pequeña presentación del disco en Pozoblanco. Recomiendo que estéis atentos a nuestra página de Facebook (www.facebook.com/forzacatenaccio) porque en breve daremos los detalles.
P: ¿Por qué La Escala de Richter?
R: En este caso, como en la mayor parte de letras del disco, el título es cosa de David Molina. Todo viene a raíz de aquel terremoto que tuvo lugar en Málaga hace unos años, resulta que fue algo bastante bestia pese a no tener demasiadas consecuencias materiales. Esto causó un gran impacto en David al tiempo que, en cierto modo, su situación emocional también pasaba por una época de turbulencias y sacudidas. Escribió la canción y tiempo después, cuando elegimos la foto para la portada, convenimos en que tenía todo el sentido que fuera también el nombre del disco.
P: ¿De dónde bebe Catenaccio?
R: Pues como apunta la hoja de promo, tiene mucho de aquel rock independiente de mediados de los 90. Desde el Sr. Chinarro a Nada Surf pasando por Los Planetas, Chucho, Deneuve y por qué no decirlo, también algo de Carlos Faemino y Javier Cansado, y de los Chanantes…
P: En la descripción de vuestro disco se puede leer que La Escala de Richter es una colección de historias tristes escritas y cantadas sin excesos.
R: Así es. Precisamente por hablar del amor/desamor sin caer en el chiste bobo o la lágrima fácil, por tirar de ironía, autocrítica y mala leche… Creemos que algo de acidez y amargura ayudan a reducir la cantidad de azúcar glas en la dieta musical que proponen regularmente los medios.
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